"El sátiro de la bicicleta" enfrentará un juicio oral por 26 violaciones

El presunto depravado habría cometido los abusos en la zona de San Isidro y Vicente López. Violaba mujeres y les robaba todas sus pertenencias apuntándolas con un arma. El acusado podría pasar 50 años en la cárcel

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Un presunto violador serial conocido como "el sátiro de la bicicleta" irá a juicio oral acusado de cometer 26 violaciones entre 2003 y 2005 en los partidos bonaerense de San Isidro y Vicente López, informaron fuentes judiciales.

Con la nueva Ley Blumberg que incrementó el tope de la sumatoria de penas, el acusado podría llegar a ser condenado a 50 años de prisión en un debate que aún no tiene fecha pero se estima podría realizarse a mediados del año próximo.

Se trata de Hugo Gerardo Vallejos, de 29 años, quien fue detenido el 12 de mayo pasado en su casa de Boulogne tras cometer un grave error: usó el teléfono celular que le había robado a una de sus víctimas.

El requerimiento de elevación a juicio -que consta de 190 fojas- fue presentado la semana pasada por el fiscal de Boulogne Leandro Miguel Orduna ante la justicia de garantías de San Isidro.

Si bien Orduna concentró la investigación porque en la zona de Boulogne se registraron la mayor cantidad de violaciones que se le imputan, la captura del "sátiro de la bicicleta" desveló a varios fiscales del Departamento Judicial San Isidro entre 2003 y 2005.

Incluso, en la zona donde solía violar, los investigadores plantaron como "carnada" a mujeres policías entrenadas para detenerlo, pero el violador nunca cayó en la trampa.

Fuentes judiciales indicaron a Télam que Vallejos llegará a juicio prácticamente condenado, no sólo porque las 26 víctimas de la causa lo reconocieron en rueda de presos, sino también porque en cuatro casos los estudios de ADN certificaron que su patrón genético coincide con el del semen encontrado en las mujeres y en otros cinco hechos coinciden el grupo y factor sanguíneo.

La carátula que enfrentará Vallejos en el debate es gravísima: "abuso sexual agravado, privación ilegítima de la libertad agravada y robo calificado", ya que no sólo se lo acusa de violar a las mujeres, sino también de robarles todas sus pertenencias amenazándolas con un arma.

Las mismas fuentes concideraron que por la cantidad de víctimas y algunos patrones que repetía, podría ser considerado un "violador serial".

Al respecto, los voceros contaron que siempre se movilizaba en una bicicleta -por ello fue bautizado como "el sátiro de la bicicleta"-, que por lo general atacaba a principio de mes, entre las 7 y las 8 de la mañana, y que siempre les decía a sus víctimas que lo abrazaran y actuaran como si ellas fueran su novia.

"Las denuncias son calcadas. Con una mano llevaba la bicicleta y con el otro brazo abrazaba a las chicas, les decía que se hicieran pasar por su pareja y las conducía a sitios descampados u ocultos en los que las sometía sexualmente con mucha saña, incluso, a veces las violaba dos veces por distintas vías: oral,
vaginal o anal", dijo una fuente judicial.

Vallejos fue apresado por una investigación dirigida por la fiscal Bibiana Santella, de la fiscalía descentralizada de Martínez y por tareas de inteligencia realizadas por la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro.

La clave para detener a Vallejos como sospechoso fue un teléfono celular que el violador le robó a una de sus víctimas el 14 de febrero pasado, en uno de sus últimos ataques en Martínez.

La fiscal Santella pidió las listas de llamadas entrantes y salientes de ese teléfono y así descubrió que ese mismo día, luego de la violación, desde el celular se realizaron dos llamadas, una de ellas a una remisería.

El viaje terminó en un domicilio de Boulogne, donde la fiscal Santella ordenó un operativo de inteligencia encubierto y el 2 de mayo pasado, de esa casa salió un hombre en bicicleta y con un gorro de lana que fue seguido y filmado por la policía.

De esa filmación se extrajeron fotografías que fueron exhibidas a las víctimas de los abusos que reconocieron a Vallejos como su violador.

Así fue como el 12 de mayo se consiguió la orden de detención y el allanamiento en la casa de Vallejos, en Boulogne, donde la policía secuestró, entre otras cosas, dos bicicletas, tres gorros (dos de lana y uno con visera) y una campera de corderito marrón que las víctimas también reconocieron como propiedad de su violador.

Los investigadores se sorprendieron porque en esa casa Vallejos vivía con su mujer y cuatro hijos.

Su domicilio es cercano a las zonas de Boulogne donde ocurrieron la mayoría de los ataques sexuales y además se determinó que para la época en que las violaciones fueron en Vicente López, trabajaba en una hilandería de la zona, y cuando se producían en Martínez, lo hacía en un frigorífico de esa
localidad.

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