La Cámara del Crimen confirmó el procesamiento contra una decena de simpatizantes de Atlanta por los violentos disturbios y agresiones contra hinchas rivales y policías que protagonizaron durante un partido ante All Boys, por el torneo de fútbol de la Primera B Metropolitana de la AFA.
La Sala Sexta de la Cámara, con las firmas de los jueces Carlos Gerome, Luis Ameghino Escobar y Luis Bunge Campos, confirmó el procesamiento dictado en primera instancia por el juez Ricardo Farías por los delitos de "daño agravado, resistencia a la autoridad y lesiones", producidos en el marco de un partido disputado el 25 de septiembre de 2004.
Ese día, según describió la resolución de primera instancia, "durante el transcurso del encuentro futbolístico que se disputaba entre All Boys y Atlanta en el estadio del equipo mencionado en último término, se suscitaron varios disturbios".
"A raíz de ello, personal policial se vio obligado a arrojar gases lacrimógenos en el sector de la tribuna popular local y a correr a algunos simpatizantes del lugar en que estaban parados", añadió el documento.
"Los imputados comenzaron a arrojar piedras, botellas y hasta un banco de plaza a la parcialidad de All Boys que se hallaba aguardando para el ingreso a la cancha, sobre el vallado colocado, ubicado en la intersección de las calles Humboldt y Padilla, lo que ocasionó que se iniciara una corrida de los hinchas", precisó.
Los proyectiles impactaron en simpatizantes rivales y en un patrullero del operativo de seguridad.
Los hinchas de Atlanta "actuaron con dolo directo para cometer el delito, sin esbozar otra finalidad ulterior que el mero hecho de destruir con tal de agredir a la parcialidad de All Boys y al personal policial apostado en el acceso del estadio de Atlanta", estimó el juez de primera instancia.
Tras esos incidentes, y cuando "ya habían transcurrido 20 minutos aproximadamente del partido... la parcialidad local extrajo banderas de All Boys y las colgó de la tribuna popular, lo que motivó que la hinchada visitante comenzara a treparse a los alambrados que actuaban como división de los dos grupos".
La exhibición de simbología del club rival está penada por el Código Contravencional, por lo que la policía intentó retirar las banderas, ante lo que estallaron nuevos focos de violencia.
Al confirmar los procesamientos, la Cámara del Crimen despejó el camino para que los aficionados violentos afronten un juicio oral y público por delitos que contemplan penas que van desde los 15 días a los cuatro años de prisión.