Aguer consideró que es "corrupción sexual" repartir preservativos

El arzobispo de La Plata hizo ese análisis sobre la decisión del Estado de distribuir gratuitamente profilácticos y entregar anticonceptivos sin el consentimiento de los padres de los menores

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El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, denunció que el Estado promueve la "corrupción sexual" entre los jóvenes al presentar el sexo como un juego, repartir preservativos en las escuelas y entregar anticonceptivos sin el consentimiento de los padres.

"Esto no puede llamarse educación sexual, porque de educación no tiene nada. Es sólo instrucción descaminada e inicios de corrupción. Habría que decir que se trata de una corrupción legal", advirtió ayer el prelado platense en su reflexión semanal emitida.

Tras explicar que "digo legal porque existe un marco legal que, desgraciadamente, lo autoriza", opinó que "se trata de una invasión intolerable de los derechos de los padres respecto de la educación de sus hijos".

Monseñor Aguer comentó luego un "caso paradigmático" que se dio en una escuela estatal, a la que no identificó, donde una instructora de educación sexual presentó a alumnos de 13 la sexualidad como "un juego donde tienen que hacerse cargo de esa dimensión lúdica del sexo".

"Hay que jugar con el sexo y desmitologizar las consecuencias que frecuentemente se le adhieren a esta realidad humana tan entrañable. Para eso, les dijo a los chicos que tienen que 'vacunarse'", relató.

El Arzobispo precisó que a los varones les propuso el preservativo como "supuesta vacuna" y a las adolescentes "les presentó toda la gama de métodos anticonceptivos que existen y les dijo que ellas tienen derecho a ir a un hospital y colocarse un dispositivo intrauterino sin necesidad de que sus padres se enteren".
 
Aguer lamentó que esto "ocurra al amparo de las leyes", por lo que exhortó a los padres a que presenten amparos ante la Justicia "porque no es posible que se obre de esta manera".
 
"Aquí se juega una cosa muy delicada y muy grave. Me parece que tenemos el derecho de hablar de corrupción porque aquí se está desviando la orientación de los chicos de una vida verdaderamente sana. Además se los está engañando haciéndoles creer que esta 'vacuna' es válida cuando uno sabe perfectamente cuáles son las consecuencias", alertó.

Aguer estimó que "aquí hay una incitación, dicho con palabras un tanto anticuadas, a la fornicación, a la lujuria, a la promiscuidad y a todo aquello que disuelve a la persona y, en definitiva, disuelve a la familia y a la sociedad".

También recordó que la Iglesia manifestó oportunamente su preocupación por los "proyectos de ley de salud y educación sexual y procreación responsable y otros nombres por el estilo", que se debatían en el Congreso y legislaturas provinciales.
 
"Hubo mucha gente que se preocupó de las consecuencias que podían seguir a ese marco legal. Las consecuencias están a la vista y pueden comprobarse frecuentemente", subrayó monseñor Aguer.

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