Buenos Aires tiene más semáforos que Nueva York

Así como París es la "ciudad de las luces", la capital argentina tiene más cruces semafóricos que cualquier metrópoli de los EE.UU. o Europa, pero también uno de los mayores índices de muertes por accidentes de tránsito

Guardar
  162
162

¿Alguna vez se preguntó quién y cómo se sincronizan los semáforos de la ciudad? En primera instancia, llama la atención enterarse de que Buenos Aires es una de las ciudades con más señales de control de tránsito en el mundo, por arriba de cualquiera de los Estados Unidos o Europa.

Esa red gigantesca que ordena el tráfico de peatones y vehículos está sincronizada desde un comando de tránsito centralizado que se encarga de controlar el funcionamiento y de regular los tiempos de cada luz de acuerdo al horario y al tráfico.

Una computadora ubicada en cada cruce de semáforos permite, además y casi de manera mágica, que todo ocurra con precisión milimétrica.

En Buenos Aires, donde existen 3.500 cruces con semáforos, el responsable de que todo funcione correctamente es el ingeniero Oscar Fariño, director de Señalización Luminosa de la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento.

La ciudad de Nueva York, por ejemplo, tiene un total de 3.100 cruces y Londres, por nombrar otra de las metrópolis más importantes del mundo, llega a los 2.700, según cifras no oficiales.

Un semáforo desincronizado es sin dudas motivo de caos, mal humor y peligro para quienes circulan por la vía pública. Sin embargo, resulta paradójico que sin esta supuesta hipótesis la ciudad con más semáforos sea una de las primeras en muertes accidentes de tránsito.

Las últimas estadísticas publicadas por la organización Luchemos por la Vida dan cuenta de que en Argentina se producen 1.058 muertes por cada millón de vehículos en plaza.

Sólo en el 2004, según la misma fuente, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se registraron 242 muertes por accidentes de tránsito. Conductores y peatones exponen cada día sus vidas sin detenerse a pensar por un segundo que esperar el cambio de luz de un semáforo podría implicar más años de vida.

?El problema de tránsito y movilidad en la Ciudad es un tema clave. Muchos vecinos piensan que los semáforos suplen el problema de educación vial y más de 3.300 cruces semafóricos parecieran ser suficientes?, consideró el secretario de Infraestructura y Planeamiento de la ciudad, Roberto Feletti.

La historia de los semáforos porteños

El primer semáforo se instaló en la ciudad en 1958. A partir de ese día los porteños comenzaron a experimentar una proliferación de estas señales luminosas por toda la ciudad.

Un año después los cruces semafóricos llegaban a 26 y para 1970 ya eran más de 333. Más impresionante fue el crecimiento a 1701 experimentados en una década y mucho más aun el ocurrido hasta 1990: ese año eran 2250 los semáforos existentes por toda la ciudad.

El nuevo servicio de mantenimiento de semáforos contempla un esquema de ejecución en nueve secciones, donde se realizará el mantenimiento preventivo y correctivo, reacondicionamiento, modernización, equipamiento y control y la instalación de nuevos semáforos en la ciudad.
.
Este servicio representa una inversión de 83 millones de pesos y contemplaría la modernización de las señales existentes, la colocación de nuevas instalaciones y el mantenimiento de las mismas.

?Esta obra es algo que era urgente hacer. El antiguo sistema de mantenimiento semafórico estaba vencido y no licitado desde 2001. Acá incorporamos nuevas tecnologías y dividimos la ciudad en zonas?, explicó Feletti en diálogo con Infobae.com.

?De las nueve áreas en la que el nuevo sistema dividió la ciudad sólo siete están administradas por diferentes empresas. Las otras dos son controladas directamente por la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento?, añadió, por su parte, el ingeniero Fariñe.

Las empresas están a cargo de la tarea durante cuatro años. Eso es lo que dura el contrato firmado con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Quizás el punto débil del nuevo plan de mantenimiento es el largo proceso por el cual burocráticamente deben pasar todos los pedidos que llegan a la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento.

Estos reclamos se llevan a cabo a través del denominado Presupuesto Participativo, en el cual se discuten las necesidades más urgentes de la ciudad. Por lo general, estos pedidos van desde un problema de sincronización de las señales luminosas hasta la urgencia de la instalación de un semáforo.

?Si hay algo que queda claro es que no resolvemos el problema de tránsito sólo con semáforos?, afirmó Feletti. La solución debería estar en una mejor educación vial y el respetar las reglas de tránsito. Esas mismas que la mayoría de los porteños no cumplen.

Ignacio Cattoni
icattoni@infobae.com