El morbo de Sharon Stone

Se conoció parte de la trama de Bajos Instintos 2: Adicción al riesgo. Por lo que dicen, atraganta al espectador desde la primera escena

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La segunda parte de Bajos Instintos viene sonando por los corredores, y Sharon Stone se encargó de mantener al tanto a las multitudes que esperan verla de nuevo.

Bajos Instintos, la parte uno, marcó un escalón en el erotismo de las películas y eso también se propone la segunda parte. Sharon Stone va manejando a toda velocidad una spider blanca por las calles de Londres, y se hace masturbar por su novio. El momento del orgasmo llega mientras el auto se estrella y cae al Támesis. La mujer pierde el control, y cae al río. Pocos segundos después, ella sale del agua. El no sale más. Así comienza Bajos Instintos 2: Adicción al Riesgo, uno de los filmes más esperados de la próxima temporada.

Trece años después del trhiller sexy de Paul Verhoeven que la llevó al éxito, Sharon Stone, a los 47 años, vuelve a vestir el look de Catherine Tramell, escritora desinhibida con debilidad por el delito. Esta vuelta, el director es Michael Caton-Jones, y el protagonista, otro semidesconocido, es David Morrisey. El film es de Sony y Mgm, y pasó por dificultades kafkianas, según la prensa italiana, porque además los caprichos de la diva no fueron pocos.
El final de la película quedará abierto, con una Catherine pronta a una eventual "Basic Instinct 3". El centro de la trama tiene al criminólogo Michael Glass, que queda atrapado en el mortal juego erótico y la seducción de la escritora.

Después del incidente del comienzo, Catherine es interrogada por un policía, por presunto asesinato. A Michael Glass le ordenan un examen psicológico de la escritora, que lo invita a su casa para desarrollarlo, en fin. La rubia de romances misteriosos tiene una manía de omnipotecia y de "riesgo-dependencia". Para satisfacer sus impulsos, siempre estará dispuesta a correr riesgos mayores: en el filme no faltan los amores lésbicos ni los homicidios seriales.