La enfermedad de la gente sociable

Investigadores estadounidenses lograron identificar trastornos funcionales en la parte del cerebro asociada a la conducta social

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Ser extremadamente sociable, no tenerle miedo a lo desconocido y carecer de inhibiciones pueden ser los síntomas de una enfermedad cerebral conocida como síndrome Williams.

Investigadores de Estados Unidos lograron señalar los compartimientos de las personas que lo sufren. Según este estudio, realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental, es la primera vez que se logran identificar trastornos funcionales en una parte del cerebro asociada a la conducta social. Esto podría ayudar en el tratamiento del autismo.

El centro de la investigación fue una estructura cerebral llamada amígdala, que es la que se cree que regula el comportamiento social. El estudio se realizó con un escáner, a través del cual se tomaron imágenes funcionales de resonancia magnética a los cerebros de trece voluntarios sanos y trece que padecían el Síndrome.

Ante imágenes de cosas que asustaban o caras enojadas, los cerebros sanos reaccionaron de una manera distinta. Sus amígdalas tuvieron una fuerte respuesta. Los cerebros de los enfermos del Síndrome mostraron menos actividad ante el mismo estímulo.

El síndrome de Williams, que se produce por la ausencia de una porción de uno de los cromosomas 7, ocurre según los expertos en 1 de cada 20.000 nacimientos.

Además de ciertas discapacidades físicas, estos pacientes "tienen una personalidad muy particular, son muy joviales, alegres y comunicativos" dice la doctora Marina Gutiérrez, especialista en genética médica y asesora de la Asociación Argentina de Síndrome de Williams.

El paciente carece de temores a lo desconocido, lo cual lo hace actuar de forma impulsiva en situaciones sociales, incluso con extraños. Sin embargo, esta conducta a menudo se acompaña de una excesiva ansiedad no relacionada a lo social, como miedo a las alturas o a los insectos.

"Como muchas enfermedades genéticas todavía estamos en la etapa diagnóstica, pero no tenemos cura", dice la especialista.

"Habría que confirmar los resultados con nuevos estudios", agrega, "pero en algunas patologías, como el autismo, que es todo lo contrario a este síndrome, estas investigaciones podrían brindar una alternativa para terapéuticas futuras".