Alucinaciones musicales transforman al cerebro en un IPod

Comenzó a estudiarse en los EE.UU. el extraño fenómeno de personas que escuchan música en su mente como si estuviera sonando realmente. "Rockolas vivientes" que tienen en vilo a la ciencia

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La maquinaria de las neuronas es insondable. Hace siete años, Reginald King estaba en una cama de hospital recuperándose de un by-pass cuando oyó la música por primera vez. Comenzó con un tono pop, y siguieron otros. King había oído todo, desde canciones de cabaret hasta villancicos. "Le pregunté a las enfermeras si ellas podían oír la música, y dijeron que no", manifestó un gerente de Ventas galés, afectado supuestamente por este nuevo mal.
 
El caso es citado por el Washington Post hoy, que da cuenta de la frustración de este hombre cuando descubrió que le pasaba algo que a nadie más le ocurría. "Ellos no sabían de qué les estaba hablando y decían que algo andaba mal en mi cabeza. Así es desde entonces".
 
Así resumía el señor King lo que, a partir de aquella jornada, se repitió. Cada día, la música vuelve. "Son todas canciones que oí durante mi vida", dice Kink, de 83 años. "Viene un tema, después debiera seguir otro y así ocurre en mi cabeza. Me está poniendo mal, para ser honesto", afirmó al periódico de Washington.
 
El año pasado, King fue a ver al psiquiatra Victor Aziz, del hospital de Cadoc en Gales, y le explicó que lo que estaba ocurriéndole tenía nombre: alucinaciones musicales.
 
El doctor Aziz pertenece a un pequeño círculo de psiquiatras y neurólogos que investigan esta condición. Ellos sospechan que las alucinaciones musicales que experimentan King y otros son el resultado de un mal funcionamiento en las redes cerebrales que normalmente nos permiten percibir la música. También sospechan que muchos casos de alucinaciones musicales no están diagnosticados, pues las personas simplemente piensan que recuerdan la canción. Pero esto es bien diferente.
 
Las alucinaciones musicales estuvieron invadiendo la mente de las personas mucho antes de que fueran reconocidas como tales. "Muchos compositores tuvieron alucinaciones musicales", afirma Aziz.
 
Hacia el fin de su vida, por ejemplo, Robert Schumann escribió la música que alucinaba, y la leyenda que él contaba era que el fantasma de Schubert se las dictaba.
 
Mientras que los doctores conocen este "mal" desde hace cien años, raramente estudiaron el tema sistemáticamente. Eso cambió en los años recientes. En la revista Psychopathology, Aziz y su colega Nick Warner publican un análisis de 30 casos alucinaciones musicales que vieron durante 15 años en el sur de Gales. Es la lista más larga jamás hecha de los que padecen este curioso síndrome.
 
"Estuvimos tratando de recolectar tanta información sobre su día a día como podíamos", contó Aziz. "Preguntamos un montón de cosas que nunca les habían preguntado antes. Qué escuchan, por ejemplo. Si está lejos o cerca el sonido, y esas cosas", advirtió.
 
Aziz y Warner hallaron que en dos de tres casos, las alucinaciones musicales eran las únicas perturbaciones mentales que sufrían estas personas. Una tercera parte tenía dificultades para oír. Las mujeres, además, lo sufren más que los hombres, y el promedio de los pacientes es de 78 años.
 
La experiencia de King es típica en promedio. Los pacientes reportaron que oyen una variedad de canciones, desde "No llores por mí Argentina" a "Los tres ratones ciegos".
 
En dos tercios de los casos, la música era religiosa, así que hay muchos trascendentalistas que dijeron que serían ángeles dictándoles melodías, para que, cantando, oraran dos veces, como dice la frase popular. Varios además coincidieron en la canción "Abide With Me."
 
Aziz cree que la gente intenta escuchar canciones que oyeron mucho o aquellas que les resultan significativas emocionalmente, explica. Y afirma que hay un sentido ulterior detrás de eso. Sus estudios también muestran que estas alucinaciones son diferentes de las alucinaciones auditivas de personas con esquizofrenia, que escuchan voces interiores. Los pacientes del doctor Aziz sólo escuchan música.
 
Los resultados apoyan trabajos recientes de neuroscientíficos que sostienen que el cerebro usa una red especial de neuronas para percibir la música y que, cuando el sonido penetra en el cerebro, activa una región cercana a los oídos llamada "corteza auditiva primaria", que comienza a procesar los sonidos en su nivel más básico, y luego le pasa las señales interpretadas a otras áreas del cerebro, que pueden reconocer parámetros más complejas de música como el ritmo, cambios de melodía, etcétera.
 
Los neurocirujanos pudieron identificar algunas de las regiones del cerebro y las compararon con el modo en que las personas responden a sonidos musicales y no musicales. Tim Griffiths es uno de los poquísimos neurólogos que escanearon cerebros con alucinaciones musicales. Es de Inglaterra y lo hizo sobre seis de sus más ancianos pacientes con alucinaciones musicales poco antes de que quedaran sordos.
 
Griffiths descubrió una red de regiones en el cerebro que se vuelven más activas cuando la alucinación musical se vuelve más intensa. "Lo que me sorprende una y otra vez es que ves un patrón similar en personas normales cuando escuchan música", explica, como si en el cerebro ocurriera prácticamente lo mismo a nivel cognoscitivo pero con distinto modo de percepción.
 
La diferencia primordial está en que las alucinaciones musicales no activan la "corteza auditiva primaria", el primer trayecto del sonido en el cerebro, sino que, cuando alucinan, los pacientes de Griffiths usan sólo las partes del cerebro que son responsables de transformar simples sonidos en música compleja.
 
Estas "regiones procesadoras de música" pueden estar en búsqueda contínua de señales en el cerebro que poder interpretar, Griffiths sugiere. Cuando no viene ningún sonido de los oídos, el cerebro puede todavía generar ocasionales impulsos en esas regiones, y luego combina estos impulsos con recuerdos de música, uniendo señales con una melodía familiar.
 
Para la mayoría de las personas, estas señales espontáneas producen poco más que una canción difícil de sacarse de la cabeza. Pero el flujo constante de información musical en el cerebro viniendo de los oídos suprimen la falsa música.
 
Griffith propone que la sordera corta esa información desde afuera, y en algunos sordos los circuitos de búsqueda musical se potencian, y suelen escuchar música todo el tiempo, no sólo los vagos murmullos de un tono bloqueado. Se vuelve tan real como cualquier percepción. "Lo que vemos es una amplifación de un mecanismo normal en todos", dijo Griffiths.
 
También es posible para la gente que no es sorda experimentar alucinaciones musicales. Los ataques de epilepsia, ciertos medicamentos y la enfermedad de Lyme son unos de los pocos factores que pueden dispararlas.
 
No hay parámetros de cómo tratar las alucinaciones musicales. Algunos doctores las tratan con drogas psicotrópicas, y algunos usan terapias de comportamiento cognitivo para ayudar a los pacientes a entender qué les pasa. "A veces las cosas simples pueden ser la cura", dijo Aziz. "Prender la radio puede ser más importante que darles medicación".
 
Aziz cree que las alucinaciones musicales se volverán más comunes en el futuro. Esos pacientes son ancianos, entonces Aziz se pregunta: "¿Hemos especulado con qué podría pasar ahora que la gente escucha pop y clásico casi todo el tiempo? Espero vivir para encontrarlo yo mismo en 20 años", esperó.