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Emiliano Molina, el joven arquero de Independiente que había sufrido un tremendo accidente en el Puente Pueyrredón el pasado lunes 13 de este mes, y por el cual perdió un ojo y recibió múltiples heridas, algunas de ellas de gravedad, falleció el sábado.
Los restos del muchacho fueron son velados desde ayer en la sede del club de Avellaneda.
Molina, quien era arquero suplente de Independiente y jugó el último mundial Sub 17 con la Selección argentina, manejaba un automóvil Volkswagen Gol y chocó la parte trasera de un camión. A raíz del accidente había muerto la hermana de su novia, que viajaba en el rodado.
El joven estaba internado en una sala de terapia intensiva del Hospital Fiorito, en donde días pasados le habían realizado una operación en la que le extirparon un ojo.
Desde el principio, los médicos calificaron de "muy grave" el estado de salud del jugador de fútbol, e incluso debió ser asistido con respirador artificial.
El violento golpe que sufrió Molina le produjo serias lesiones en la cabeza, además de la cara y la vista, como así también diversos politraumatismos en todo el cuerpo.
En el accidente, la parte delantera del auto quedó destrozada casi por completo, con restos de la carrocería esparcidos por el pavimento y manchados de sangre, al igual que el parabrisas.
En el momento del accidente, Molina iba en el vehículo con su novia, la hermana de la joven y un amigo, según se señaló.
Curiosamente, en noviembre de 2004, otro juvenil de Independiente, también arquero y con el mismo apellido, había fallecido debido a un paro cardíaco. Se trataba de Lucas Molina, quien ya había debutado en la Primera División y había tenido buenas actuaciones, una muy recordada ante Boca.