Polémica por leyes de Punto Final y Obediencia Debida

El ex capitán Breide Obeid explicó a Radio10 su visión sobre la derogación de las normas por parte de la Corte Suprema de Justicia

Guardar

En diálogo con Radio10, el ex capitán del Ejército Gustavo Breide Obeid se refirió a la derogó de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, decidida esta semana por la Corte Suprema de Justicia.

El militar retirado aseguró que ?se ha planteado que la Ley de Obediencia Debida salió por presión del sector militar y eso no es así?, al tiempo que dio detalles de las dramáticas negociaciones realizadas durante el levantamiento de Semana Santa de 1987.

Breide Obeid refirió que el diálogo entre el presidente Raúl Alfonsín y el líder de la rebelión en Campo de Mayo, el entonces coronel Aldo Rico, había fracasado. Tras la reunión, Rico había dicho que ?el doctor Alfonsín tiene puesto el cassette de presidente? y confesó: ?Tengo media hora par contestar si depongo la actitud?.

Luego, Breide Obeid ingresó al salón donde se encontraba el presidente y mantuvo un diálogo con él. Allí le manifestó que ?los levantamientos nunca fueron un intento de golpe de Estado, sino una protesta hacia la jerarquía militar que no transmitía al poder político lo que sucedía dentro del Ejercito?

En ese sentido, detalló el malestar castrense por las causas por violaciones a los derechos humanos que ponían bajo sospecha a toda la institución y que apuntaba la ?responsabilidad hacia los mas jóvenes oficiales y suboficiales?.

De los insurrectos de 1987, el ex capitán aseguró que ?ninguno tenia causas por violaciones a los derechos humanos y muchos habían participado de la guerra de Malvinas?.

Obediencia Debida

El militar explicó que ?a los pocos días, me avisan que de Presidencia de la Nación había interés en conversar conmigo? y añadió que ?ahí me muestran el proyecto de ley de Obediencia Debida?.

Al respecto señaló que la norma ?ya estaba preparada? por el propio Gobierno, porque, según el militar, ?las causas se habían ido de las manos?.

Por otra parte, aseguró que ?la ley es una inmoralidad, porque los militares no deben cumplir ordenes inmorales? y por lo tanto, al cuestionar su conducta, ?atenta contra el honor militar?.

En ese sentido, Breide Obeid precisó que ?lo que queríamos era una amnistía general?.

Por otro lado, recordó: ?Yo combatí en el año 1975, durante el gobierno constitucional de Maria Estela Martinez de Perón?. En esa época, el militar era un oficial de apenas 22 años, que combatió en Tucumán contra lo que definió como un verdadero ?ejército? que tenía por objetivo ?independizar tres provincias?. También detalló que en dicha fuerza ilegal combatían muchos extranjeros provenientes de Cuba y Jordania, entre otras nacionalidades, y que, incluso, tenían uniforme.

El militar dijo que ?participaron políticos? de aquellos hechos a los que calificó de ?traición a la patria?.

La derogación de las leyes

?Ahora están en un problema, porque cerraron todas las puertas?, dijo Breide Obeid, quien, no obstante, aclaró que ?si hubiera delitos aberrantes, no se pueden justificar?.

En tanto, afirmó que ahora el problema que surge es que los integrantes de Juntas de la dictadura están indultados, mientras que pueden ser condenados oficiales subalternos, lo que representaría volver a la situación de 1987 que ocasionó los alzamientos.

Por último, el ex capitán destacó que tanto las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, como los indultos, emanaron de la decisión de los poderes Ejecutivo y Legislativo, ?sin ninguna presión? de las Fuerzas Armadas.
La versión de Alfonsín
Por su parte, Raúl Alfonsín aseguró que ?en su momento las leyes de Punto Final y Obediencia Debida fueron validas e indispensables para proteger la democracia?.

En declaraciones publicadas por la revista Noticias, el ex presidente asegura que ?ahora es muy fácil criticarlas, pero en aquel tiempo eran leyes necesarias?.

?No hay país que haya hecho tanto contra los represores como la Argentina?, agregó el caudillo radical, quien argumentó que ?yo tenía dos alternativas. Una era no negociar, y si me salía bien, terminaba con un busto mío en cada plaza argentina?.

?Pero el riesgo era perder la democracia ? sostuvo-. Entonces sacamos la ley y la salvamos. Si no lo hacíamos, en seis meses se me licuara el poder. Lo que traté de hacer a toda costa fue evitar el derramamiento de sangre.?

Guardar