La investigación empezó en 1949, cuando un periodista escribió una historia sobre los ?tipos más duros? requeridos por el FBI. En respuesta, la oficina de investigaciones más conocida del mundo publicó la lista de los criminales más buscados.
Así, desde 1950, la página de la entidad publica los 10 fugitivos más buscados. Curiosamente, la lista de este año incluye cuatro latinos, como un símbolo del crecimiento de la violencia en Latinoamérica.
Desde octubre de 2004, la lista negra del FBI incluyó 479 nombres. Con el correr del tiempo, la lista cambió: de ladrones de bancos y camiones de caudales pasó a ser integrada por terroristas, narcotraficantes y pederastas.
Los diez
Entre los 10 más buscados de 2005 hay dos mexicanos, un colombiano y un neoyorquino descendiente de padres latinos.
Jorge Alberto López Orozco fue conocido con más de tres nombres distintos y un apodo: ?Pepe?.
La brigada de investigaciones norteamericana lo busca por asesinar a sangre fría y con alevosía a tres personas. Una mujer y dos pequeños niños fueron encontrados en un vehículo totalmente incendiado; antes de morir calcinados les había pegado un tiro en la frente.
Genero Espinoza Dorantes, un compatriota de López Orozco, también está registrado como ?muy peligroso? y además, con más de diez nombres distintos.
El FBI intenta capturarlo por golpear, quemar, torturar y finalmente, matar a su hijastro de cuatro años en Tennesse, en febrero de 2003.
El colombiano que integra la lista se llama Diego León Montoya Sánchez. Conocido como ?El señor de la Guerra?, ?El Ciclista?, o ?Don Diego?.
El señor de la Guerra es un conocido narcotraficante, líder del Cártel del valle norte de Colombia.El FBI intenta capturarlo por participar de distintas conexiones entre la manufactura y distribución de múltiples toneladas de cocaína. En el cártel norteño conviven los narcos, paramilitares y milicias rebeldes de izquierda.
El neoyorquino del menú ?most wanted? del FBI es Víctor Manuel Gerena. El criminal robó, junto con sus cómplices, casi 7 millones de dólares de una compañía de seguros. Tomó dos empleados como rehenes, les apuntó con una pistola en la sien y los esposó, ató y les inyectó una sustancia extraña para dominarlos.
Estos cuatro, como los seis restantes, conforman el top ten de los más buscados. Existen tres maneras para ?desaparecer? de la lista: cuando son capturados, cuando sus cargos policiales o judiciales caen y cuando el FBI deja de considerarlos una ?amenaza? para la sociedad.
Osama Bin Laden, por ejemplo, continúa en el número uno de los terroristas más requeridos.