Dicen que prohibir los amores adolescentes no es buena idea

Profesionales aconsejan no obstaculizar a los hijos que vean a sus parejas, aún cuando la relación sea percibida como dañina por los padres

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"Nunca prohibir al hijo que vea a su pareja" y "esperar que él converse sobre el tema son dos mandamientos" esenciales para intervenir cuando un joven sufre a causa de su relación, según los expertos.

El adolescente, aseguran, debe recibir compañía, contención y tener a alguien que lo escuche, pero, sin embargo, oponerse parece no ser el mejor consejo. Sí es bueno hablarle sobre cómo debería comportarse alguien que lo ama y ayudarlo a reflexionar sobre su situación.

La juventud, según el novelista español Vicente Blasco, es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo y de los excesos superfluos. También de la vida intensa, reflejada sobre todo en los noviazgos, en los amores imposibles y el sufrimiento asociado a las rupturas de pareja.

Los hijos buscan desarrollar en esta etapa su propia identidad y son estas primeras experiencias de pareja las que suelen marcarlos para toda la vida, por lo tanto, debieran ser gratificantes, dice Margarita Loubat, psicóloga infanto - juvenil de la Universidad de Santiago de Chile.

Una relación sana debe hacerlos felices

"Las relaciones adolescentes, para ser sanas, deben primero hacerlos feliz. Que el novio (a) visite la casa y viceversa para conocer a los padres sin temor, que respete las normas de convivencia de la familia que y la forma de comunicarse entre ellos sea cariñosa y tranquila", señala Loubat.

Por el contrario, cuando el adolescente sufre demasiado con la relación, está constantemente triste o alterado, porque la pareja no llama, deja de ver a los amigos, no come y no quiere participar en las actividades familiares, se está frente a un vínculo dañino.

"Si se trata de un noviazgo de este tipo, frustrado y conflictivo, yo diría que lo que necesita el adolescente de un padre es cercanía, contención, que lo escuche y que sepa esperar el momento en que el hijo sea capaz de comunicar lo que le está pasando", afirma, por su parte, la psicóloga experta en adolescentes Paz Lagos.

Prohibido prohibir

Por ningún motivo, al abordar un noviazgo difícil, se debe prohibir ver a la pareja. Gloria Chanes, psicóloga infanto ? juvenil explicó que lo único que se consigue con esta actitud es alejar al hijo de la protección de los padres y reforzar los deseos del o la joven de mantener una relación que los hace infelices. Y es que parte de la adolescencia es ir en contra los designios de los padres.

"La confrontación no es buena, hay que tratar de conversar con los hijos y darle elementos de análisis o demostrarles sutilmente sus aprensiones. Por ejemplo, decirle no me gusta ese joven, porque te deja esperando, no cumple con las cosas que te promete y te hace sufrir", precisó la experta.

La postura de los padres debe ser tajante, porque lo que está en riesgo es el bienestar psíquico y físico del hijo/a: "Es vital decirles a los hijos que necesitan ser protegidos, porque no se están cuidando a sí mismos y se están haciendo daño. Pedirles, luego, que no vuelvan a ver a esa pareja", concluyó la experta.