Un llamado a rezar por el Papa Juan Pablo II "sin lágrimas" y con "felicidad" fue formulado ayer por la Iglesia argentina durante una misa especial celebrada en la Catedral Metropolitana, minutos antes del deceso del Pontífice.
"Soy feliz, seanlo también ustedes, no quiero lágrimas", fueron las últimas palabras del Sumo Pontífice, citadas ayer por el rector de la Catedral, monseñor Jorge Junor, en el transcurso de la misa que se inició a las 16.30.
"Tenemos que respetar este testamento. Nos invita el Papa a ser felices y a no derramar lágrimas. Porque cuando el señor lo disponga el Papa pasara a la eternidad", exhortó el religioso.
El llamado a las decenas de feligreses que se concentraron esta tarde en el templo porteño para rezar por la salud del Papa se concretó minutos antes de que se produjera la muerte del Pontífice, a las 16.37 (hora argentina).
El rector de la Catedral Metropolitana, Jorge Junor, destacó -a 23 años del desembarco argentino en las Malvinas- las gestiones por la paz realizadas por el Sumo Pontífice, en 1982.
El sacerdote recordó, asimismo, su exitosa intervención en el conflicto con Chile, por el Canal de Beagle.
?Pedimos a nuestro Padre Celestial y a la Santísima Virgen María que lo acompañen en este duro momento?, imploró Junor, quien hizo referencia a la profunda devoción mariana del Papa ?tal como nosotros aquí en la Argentina?.
Junor destacó, por otra parte, que Juan Pablo II ?es el máximo defensor de la vida, desde el momento de la concepción hasta que Dios lo decida?.