El músico estadounidense Lenny Kravitz cerró su show de más de dos horas de duración en La Bombonera, tocando el tema "Are you gonna go my way" con una guitarra Fender Stratocaster pintada con los colores de Boca.
Esta alternativa no anunciada y la palabras "Viva Boca", enardecieron a la mayoría de los 35 mil fanáticos que se dieron cita anoche en ese estadio del barrio capitalino, y que acompañaron al músico en su debut en la Argentina.
La guitarra, creada por un argentino que reside en los Estados Unidos y que fabrica varios de los instrumento que utiliza Kravitz, pintó el cuerpo del instrumento con un base azul, estrellas color oro y un escudo del club de fútbol ubicado en la parte trasera superior de la caja.
Con el diapasón azul, la guitarra termina en el otro extremo con las clavijas color oro. Además le agregó ese color y el nombre de la institución a la corredera que se utiliza para sostenerla del cuello de cantante.
La inclusión de los principales temas de su carrera de 15 años con la música y una destacada banda que incluyó, además del guitarrista, del bajista, del tecladista y una mujer en la batería, Cindy Blackman.
Kravitz demostró que, además de ser un excelente músico, tiene todas las condiciones de un showman al llevar su concierto al máximo provocando que el público, que colmó La Bombonera, coreara sus temas y copiara también sus movimientos.
El autor de "American Woman" o "Are you gonna my way", vestido de negro, con una larga bufanda al cuello y gafas oscuras, tras caer el telón emergió de la oscuridad del escenario instalado en La Bombonera a las 22.15 y provocó la primera ovación.
Luego, con las manos en alto gritó en inglés "Soy el ministro del rock and roll", parafraseando su tema "Minister of Rock' N Roll", incluido en su disco "Baptist" (Bautismo), se detuvo aproximadamente un minuto en esa pose antes de iniciar, con esa canción, su debut y la primera de sus dos presentaciones programadas en ese lugar.
El recital de Kravitz es el primero de magnitud del año, que además de ser brindado por un artista internacional es el regreso a un estadio de fútbol tras el luctuoso show del conjunto "Callejeros", en República Cromañón, donde murieron 193 personas.
La puesta en escena incluyó un largo telón de fondo de donde colgaban las letras "L" y "K", iniciales de su nombre, en color amarillo y resaltadas con su reborde iluminados.
A "Minister of Rock' N Roll" le siguieron "Live", "Let Love Rule", "It aint over till it's over", "Where are we running", "Is there any love" y los exitosos "American Woman", promediando el concierto.
Para el tramo final cantó "Tunnel vision", "Be", "Stand by my woman", "Fields of joy", "Always on the run", "Dig in", "California", "Krazy", y en perfecto castellano exclamó "Los quiero mucho", antes de interpretar "Fly Away".
Tras un lapso de cinco minutos, Kravitz brindó el tema "Calling all angels", en guitarra acústica y solo en el medio del escenario, canción que fue seguida con atención y en silencio por los miles de fans que disfrutaron de un show de nivel internacional en lo tecnológico, por la puesta en escena y por la calidad de sus músicos.
El concierto programado finalizó con "Again", extendido en el tiempo mientras el músico saludaba a su público. Hasta bajó al sector libre que hay entre el escenario y las primera filas de sillas del campo de juego, para tocar las manos de su público, secundado por custodios que cuidaban al cantante del exceso de algunas señoras que querían "tocarlo".
La seguridad, numerosa y en mayor cantidad que en otras ocasiones, no tuvo fallas tanto para el ingreso, como para el desarrollo y la desconcentración de la gente. También hay que tener en cuenta que, más allá de las ganas de cantar y bailar, había que pagar cifras elevadas para asistir a este primer concierto de un músico extranjero en Buenos Aires. Las entradas más caras llegaban a los 700 pesos.
El cierre, 15 minutos después de la medianoche, llegó con "Are you gonna go my way", pero el show se produjo al aparecer Kravitz con la guitarra con los colores del club donde tocaba.