Enamorarse y enfermarse sería prácticamente lo mismo

Así lo aseguró la revista británica "Psychologist", de la Asociación Británica de Psicología, a poco de celebrarse San Valentín

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El famoso 14 de febrero, cuando se celebra en todo el mundo el Día de San Valentín, está cada vez más cerca y los enamorados salen a las calles a comprar flores, chocolates, corazones y postales.

Pero no todo es color de rosa en temas del amor, hay muchos que sufren por este tema, sobre todo aquellos quienes sufren porque no son correspondidos. Según una investigación publicada en el último número de la revista Psychologist -de la Asociación Británica de Sicología-, el estado de ánimo producto de una desilusión se puede considerar una enfermedad y sus síntomas son el insomnio, la falta de concentración, irritabilidad, depresión y una extrema sensibilidad.

El psicólogo clínico inglés Frank Tallis, autor del estudio, comparó el comportamiento de los enamorados -desde el tiempo de los griegos hasta la fecha- con el de quienes han padecido una enfermedad mental.

En su revisión, el psicólogo clínico indica que el amor ha estado ampliamente ligado a lo que se llama históricamente locura. Por esto, para él la frase "estar loco por amor" iría más allá de una simple cursilería de canción romántica.
A juicio del especialista se trata de un problema subdiagnosticado y que se confunde con otras enfermedades.
 
"Muchos consultan porque no pueden hacer frente a la intensidad del amor, han sido desestabilizados por un enamoramiento profundo o sufren porque su amor no es recíproco", acota.
 
Además de los síntomas ya mencionados, Tallis describe que el estar enfermo de amor puede gatillar manías y comportamientos obsesivo compulsivos, tales como una preocupación excesiva por chequear los mensajes de texto en el celular o los e mails. En casos más extremos, esto podría incluso, dice, llevar a un suicidio.

"La gente realmente puede morir de un corazón roto. La falta de esperanza es como un pozo del cual es muy difícil escapar y está repleto de soledad. No se ve ninguna salida y puede llegar a tal nivel de desesperación que simplemente te echas a morir", comenta Alex Gardner, psicólogo clínico de Glasgow.