Jugar sin control puede ser mortal

El "picadito" que muchos quieren jugar "de vez en cuando" puede terminar en un ataque cardíaco como problema más frecuente

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La sabiduría popular argentina asegura que en cada aficionado al fútbol se esconde un director técnico que asegura tener la estrategia de la victoria. Habría que añadir que en cada uno de esos hombres también está escondido un jugador (¿frustrado?) que cada vez que puede trata de redimirse en los ?picaditos? entre amigos.

Cualquiera sea su edad o condición física, el hombre argentino se arroja tras la pelota en un patio, la calle, una plaza, clubes o gimnasios, con una actitud de titular de superclásico.

Sin preparación física alguna o desconociendo posibles afecciones, se puede ver a estos jugadores amateurs ir decayendo en su ánimo con el correr del partido.

Falta de aire, calambres, lesiones y raspones, son los padecimientos más frecuentes en esta masa de pseudo deportistas. Problemas de presión, enfermedades cardiorrespiratorias y fatiga, son los otros síntomas que afectan a gran parte de los amateurs.

Chequeo obligatorio después de los 30

En un artículo publicado por el portal LatinSalud.com, el médico deportólogo Juan Carlos Mazza, Secretario General de la Sociedad Argentina de Medicina del Deporte, asegura que para obtener salud de la práctica del fútbol amateur es fundamental partir de un chequeo general, mantener una dieta e hidratación acorde y, sobre todo, entrenar dos veces por semana.

"Sin preparación física, no hay beneficios. Hay recreación, liberación de energía y actividad social, pero como actividad de adaptación que mejore las cualidades biológicas para prevenir enfermedades cardio-coronarias o bajar factores de riesgo, ninguna", afirma.

Para practicar el deporte con todos los beneficios, después de los 30 años, la recomendación del especialista es consultar a un deportólogo, entrenar, seguir pautas de nutrición e hidratación y jugar un partido por semana de una hora.

Desde el punto de vista biológico, el fútbol es un deporte aeróbico (parar, caminar o trotar a baja velocidad), anaeróbico (carrera rápida, saltos, remates, etc., que son esfuerzos explosivos donde intervienen mecanismos que generan mucha potencia, velocidad y fatiga), alternado e intermitente (se alternan aeróbico y anaeróbico), a pausas asistemáticas (no se sabe cuándo hay descanso y cuándo se interviene con intensidad) e incompletas (siempre acumula fatiga).

Debido a estas características, este deporte siempre se juega en fatiga y hay tres causas que la originan: se vacía la reserva de un compuesto, un combustible muscular, llamado fosfocreatina. Hay acumulación moderada de ácido láctico que genera pérdida de fuerza, velocidad, coordinación fina, destreza, resistencia y produce agitación. después de 1 hora de juego, hay vaciamiento de glucógeno muscular.

Para explicar la problemática del entrenamiento en fútbol, Mazza parte de un dato extremo: un futbolista profesional (90 minutos de juego en cancha de 105 x 70 m.) se desplaza alrededor de 9 mil metros por partido.

Hace dos décadas, corría 2.500 metros menos. En veinte jugadores, esto representa, en la actualidad, desplazarse entre 60 y 70 kilómetros más en la misma superficie. Por lo cual, aumentó el volumen de la carrera (la cantidad de metros) y la intensidad (porque hay pocos espacios vacíos y tiempo para decidir). Hoy, los espacios vacíos se redujeron dramáticamente y los tiempos de recepción y decisión desaparecieron.

"Por ejemplo - señala Mazza - la cancha de fútbol 5 es casi un partido de básquet. Una superficie pequeña donde la pelota prácticamente no sale porque rebota y vuelve (casi no hay pausas); y además, la forma de ataque y defensa tiene una dinámica muy veloz. Entonces, el error es pensar que al jugar fútbol 5 no hay exigencia física".

De allí, que el entrenamiento del deportista amateur implica un plan personal. Y los datos importantes para el entrenador son:

? la edad
? los antecedentes deportivos
? el tipo de superficie de juego (tanto del tamaño como material del suelo: de salón, en cancha de 7, 9 u 11 jugadores; sobre cemento, mosaico, césped artificial o natural)
? qué cantidad de minutos juega por partido
? qué cantidad de veces juega por semana; y
? qué preparación física realiza.

Control

En LatinSalud.com, aseguran que el control y asesoramiento médico se basa sobre una historia clínica que incluye hábitos y antecedentes deportivos; una ergometría de máximo esfuerzo; y un estudio de la composición corporal (antropométrico) que indica la cantidad de grasa y músculo que tiene el aficionado. "La persona con mucha grasa y poco músculo es más propensa a las lesiones y hay que modificar también esas dos variables", indica el deportólogo.

El entrenamiento es mixto: un día de preparación física -con carrera continua, carrera intercalada , intermitente, repeticiones de distancia, y los ejercicios de simulación de juego -, y otro día a la semana en el gimnasio para hacer pesas con los principales grupos musculares.

La nutrición acorde ayuda también a bajar el exceso de peso. "Así se obtiene salud del fútbol. El entrenamiento sirve para preservar la salud, jugar mejor y disminuir los estados de fatiga y riesgos de lesión", sintetiza Mazza.

En síntesis, Mazza resume que "los beneficios del fútbol son recreativos y psicológicos. Sumando entrenamiento, se logra: prevenir lesiones y jugar mejor. Además, el entrenamiento aeróbico es bueno para quemar grasas, mejorar la capacidad cardiovascular y prevenir los factores de riesgo que vienen con la edad".

No hay límite de edad si se respetan las categorías. "El problema - señala - es que se mezclan edades y juegan hombres de 35 con otros de 50 años. Por supuesto que en mucho depende de las cualidades y entrenamiento físico de cada uno, pero lo mejor es armar partidos o competencias por categorías".

Fuente: LatinSalud.com