Infieles, engañosos y calculadores, los animales cada vez están más cerca

Un chimpancé de rango inferior que se aparea con una hembra de rango superior se tapa rápidamente el pene erecto cuando el macho dominante pasa cerca. El "yo no fui" ocurre también con leonas cazadoras, orcas, perros y más

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En la era de los dinosaurios, todo animal que no lo fuera debió desarrollar olfato, oído y cerebro superiores para poder sobrevivir.

Las grandes bestias, en cambio, tenían pocas luces. Pero sus posibles víctimas no: se debieron orientar por ruidos y olores, en un medio mayoritariamente nocturno. Semejante informacón incompleta requirió mayor elaboración, de manera que se vieron obligados a recordar y meditar.

Los instintos no lo eran todo. Debían aprender, sacando provecho de viejas experiencias, como a veces a los humanos incluso les cuesta.

No es ya un tabú que los animales actúan con premeditación, ni que trazan planes penetrando en el pensamiento de sus semejantes, ni que adaptan su conducta para engañar las mentes de los demás.

¿O acaso no han visto a su perro hacerse el tonto cuando lo retan, mirando con el rabillo del ojo o simplemente hacia otro lado?

Los animales de hecho comprenden las situaciones de tal modo que sugiere una representación mental del mundo. Esta, lejos de limitarse al presente, abarca lo que fue y lo que podría ser.

Entonces, los etólogos -algo así como los psicólogos de animales o estudiosos de sus acciones- hacen preguntas cada vez más perturbadoras: A qué se le llama inteligencia entre los animales. Incluso van más allá: ¿Tienen los animales una vida interior y practican la introspección?

La polémica es inminente: están preguntándose si acaso no tendrán la más sublime característica humana que es la conciencia.

Para el caso, describen actitudes animales sorprendentes:
* Jaques Cousteau persiguió a un cardúmen de orcas formado por un enorme macho de 3.000 kilos, su hembra, crías y otras hembras más pequeñas. Las ballenas huyeron como siempre suelen hacerlo, pero al verlo aún detrás suyo, giraron a la derecha, en 90 grados, luego a la izquierda y finalmente hacia atrás. De manera que simularon giros de 180 grados. Finalmente, el macho quedó visible nadando hacia delante y saltando cada tanto, acompañado por la hembra de mayor tamaño, mientras que el resto del grupo escapó en dirección opuesta.
*Los monos también suelen mentir. El chimpancé de rango inferior que se aparea subrepticiamente con una hembra de rango superior, se tapa rápidamente el pene erecto si el macho superior pasa cerca, porque sino sería severamente castigado.
* También se conoce cómo los grupos de leonas atacan con la parodia digna de teatro. Dos, se quedan inmóviles a la vista de las gacelas. Otra se agazapa sin que se la vea, otra sale en dirección de la manada y las espanta. Entonces, las dos "estatuas" tienen las víctimas corriendo hacia ellas. Y atacan.

De manera que la habilidad para el engaño muestra sencillamente que hay que conocer la situación, prever sus consecuencias y montar una estrategia para modificarlas.
Wilson E. O., considerado el padre de la biología social, manifiesta que ?los animales no se limitan a caminar respondiendo a estímulos, como vehículos exploradores enviados a Marte", sino que "tienen una imagen mental de lo que quieren y pueden revisar las alternativas?.

La pespectiva abona la idea de que, si bien no son inteligentes en sentido estricto, sí sopesan alternativas, reconocen las creencias ajenas y son capaces de concebir futuros posibles.

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