La llegada del nuevo presidente del Banco Central se produjo luego de varios días de tensión entre Alfonso Prat Gay y el presidente Néstor Kirchner, por la renovación del mandato.
El nuevo titular del Central será reemplazado por Javier González Fraga en el cargo de secretario de Relaciones Económicas Internacionales, otro economista, que fue también presidente del BCRA.
En las últimas horas se había generado varios cortocircuitos entre la Casa de Gobierno y el ex titular del Central, entre otros puntos, por la forma en que podía continuar en el cargo.
Mientras Kirchner quería que Prat Gay siguiera en el cargo en comisión, el economista buscaba que su autoridad fuera renovada por el Senado, por un lapso de seis años.
Junto a Martín Redrado, asumirá como vicepresidente de la entidad, Miguel Angel Pesce, que hoy ocupa el cargo de titular de la SIGEN, y fuera el Secretario de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires durante la gestión de De la Rúa y Enrique Olivera.
Los cuatro pliegos restantes que debe aprobar el Senado son los de Alberto Zenon Biagosh (hoy vice en el Banco Nación), Arnaldo Bocco (titular del BICE), José María Farías (muy cercano al presidente Néstor Kirchner) y Alfredo O' Connel que ya ocupa el cargo de director.
El mandato de la conducción de esa entidad vence el jueves venidero y los eventuales reemplazos deben ser aprobados por el Senado.
La palabra de Prat Gay
El presidente del entidad monetaria comunicó que cumplirá con su mandato hasta el 23 de septiembre, y destacó que tiene una muy buena relación con su sucesor, Martín Redrado.
El funcionario trabajará durante estos días para que asuma el economista, que todavía está en una misión oficial en Alemania.
Prat Gay comunicó que mantuvo siempre un muy buen diálogo y de "profundo respeto" con el presidente Kirchner.
Consideró que su sucesor "seguirá la misma política monetaria" que venía desarrollándose hasta ahora.
La política de metas de inflación ha sido la implementada por la entidad, y ha permitido controlar equilibradamente la emisión de dinero sin que los precios se dispararan.