Llegaron los hombres Beta

Son sensibles, delgados, vulnerables y liberales. Siempre tienen detrás a una mujer más activa, más poderosa e incluso con más dinero, pero la complementan armoniosamente y hasta la dominan

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El hombre Beta se hizo evidente en revistas como ?People? o ?Hello?, donde un nuevo mutante masculino más sensible, más romántico y más vulnerable que sus antecesores dio sus primeros pasos. A veces, acompañados por una mujer más célebre

Son los tiempos de mujeres Alfa, ejemplares femeninos de calidad, eficiencia y rendimiento, capaces de crear imperios sin más que la fuerza y la ambición. Así son las cosas, la llegada del hombre Beta era inevitable.

Sucede con Jennifer López, Sharon Stone o Martha Stewart, y se ve más con Guy Ritchie y su hijo Rocco, mientras Madonna se prepara para un nuevo concierto o hace negocios multimillonarios; o con Chris Martin paseando con su hija Apple, mientras Gwyneth Paltrow posa para la portada de ?Vogue? o ?Vanity Fair?.

El hombre Beta posee absoluta seguridad sobre su masculinidad y no tiene problema para abandonar los roles tradicionales y permanecer en un segundo plano mientras su mujer brilla. Si bien tiene su carrera, su verdadera pasión es la familia, la búsqueda espiritual, el conocimiento de sí mismo y asuntos como el yoga, la gastronomía oriental o la poesía erótica.

Es un hombre conectado con su lado femenino, pero sin embargo no es un metrosexual. Gastar una fortuna en camisas de Dior o un facial le parece obsceno, si sabe que hay ballenas que salvar en el Atlántico Norte y niños que alimentar en Sudán.

Entonces, el hombre Beta escucha música en MP3, bandas como Coldplay, Sting o cualquier otro nostálgico sensual; o va al cine club para ver películas de autor. Si son iraníes, mejor. Kurosawa les parecerá obvio.

Por las noches come con su familia en su town house en el West Village de Nueva York o en Notting Hill, en Londres, y agradece mentalmente las bendiciones que Buda, Alá o alguna otra deidad a su alcance.

Mientras, su mujer acomoda sus Oscars, Grammys y Tonys sobre la chimenea, manda mails a su manager y discute los últimos detalles de su contrato. A diferencia del hombre Alfa ?egocéntricos como Donald Trump, Bill Clinton o Ronald Perelman?, el hombre Beta no se excita frente al dinero o el poder, y cuando se trata de sexo, prefiere calidad antes que cantidad. Sus afanes por el Tao en el sexo dejan a más de una mujer Alfa sin paciencia, pero lo valen.

Su aspecto físico es cuidadosamente descuidado. Los favoritos son lujosamente casuales ?como Marc Jacobs?, intelectuales ?como Junta Watanabe? o europeos que aprecian el look orientalista ?como Dries van Noten?. El pelo un poco descuidado y la barba de dos días marcan tendencia entre ellos.

Comen rúcula, sushi, pero también un buen asado. Algo como lo que en la Argentina bien se podría aplicar por antoomasia al exitoso y sensual dúo Barreiro-Camisani.

El hombre Beta detesta el gimnasio, aunque a veces vaya a Pilates, y no tiene ningún interés en desarrollar su musculatura. En términos políticos, es más bien liberal.

La mujer Alfa que lo acompaña dice compartir estas preocupaciones e insiste en que si pudiera ?detener la máquina? se daría tiempo para cambiar el mundo. Aunque, por el momento, debe contentarse con cambiar de manager.

Hollywood ha reemplazado a sus ídolos Alfa ?Tom Cruise, Brad Pitt, Ben Affleck, George Clooney? con una nueva generación de hombres Beta que está arrasando en el cine mundial. Tobey Maguire, Orlando Bloom o Jake Gyllenhaal, que probablemente sufrieron todo tipo de bromas, golpes y humillaciones durante su educación secundaria, ocupan ahora el lugar número uno en las fantasías femeninas.

Bloom fue elegido recientemente como el ?soltero más apetecido del mundo? por la revista ?People?, y Maguire y Gyllenhaal protagonizan las cintas de acción más aplaudidas de esta temporada: ?El hombre Araña 2? y ?El día después de mañana?. De algún modo, el triunfo de los hombres Beta es lo que las oleadas cada vez mayores de mujeres Alfa estaban esperando.