La casa de Oliverio Girondo, en Buenos Aires, reunió a los dos poetas enamorados. Uno era Jorge Luis Borges; el otro, Pablo Neruda, cónsul de Chile en la capital argentina. No eran muy amigos y con el tiempo se distanciarían aún más, pero algo los une entonces: la atracción que sienten por la bella dueña de casa, Norah Lange, poeta también y esposa de Girondo. El amor de Borges por ella no tuvo fortuna y el escritor se fijó en su hermana, Haydée; Neruda, en cambio, se hizo gran amigo del matrimonio y habría tenido una relación fugaz con Norah.
Eso es lo que afirma el escritor Edwin Williamson en la biografía Borges: Una Vida, recién editada en Estados Unidos. El autor repasa los amores de Borges y sostiene que el escritor siempre se fijaba en mujeres que su madre no aprobaba, como Norah Lange, quien había generado escándalo en 1933 con su novela 45 Días y 30 Marineros.
La novela narra las angustias de una chica que viaja en barco desde Buenos Aires a Noruega: ella es la única mujer y se siente seducida por los marineros. La historia se basa en un viaje que la propia Norah había realizado y en el lanzamiento sus amigos se presentan vestidos de marineros, entre ellos, Neruda.
Según Williamson, es probable que entre ambos hubiera algo más que amistad. De cualquier modo, el matrimonio Girondo Lange seguiría siendo amigo de Neruda (participaron en la celebración de sus 50 años) y de Borges, pero por separado.
Según Volodia Teitelboim, el encuentro entre ambos se produce en 1927, cuando Neruda viaja a Rangún y se detiene en Buenos Aires. Pero la reunión no pasa de las bromas. "Hablamos de la lengua española. Llegamos a la conclusión de que no se podía hacer nada con ella, porque era una lengua torpe", recordará Borges. "Cada uno quería asombrar al otro. Jugaban a la provocación", refiere Teitelboim.
Con el tiempo y la adhesión de Neruda al comunismo, terminarían en esquinas opuestas. En una entrevista en 1952, Borges dirá que Neruda es "un poeta muy bueno". Ironiza: "No le admiro como hombre, me parece un hombre mezquino. ¿Por qué? Porque en Canto General dedica versos a los tiranos de América y ni siquiera dijo una palabra contra Perón".
María Ester Vásquez, biógrafa de Borges, dice que al argentino le "molestaba la ambigua actitud de Neruda frente a algunos problemas políticos concretos, como el peronismo".
Según Borges, en una visita a Chile en los 60, Neruda lo evita y ambos se ahorran "un encuentro que podía ser bastante incómodo". Del mismo modo, es él quien evita a Neruda en 1970, cuando éste pasa por Buenos Aires. Pero el día en que el chileno obtiene el Premio Nobel, Borges lo felicita públicamente. Y en una de sus últimas entrevistas, Neruda dice que "pese a ser reaccionario", Borges "es un gran escritor".