?El 50% de la población toma medicamentos en forma incorrecta, causando el 5% de las internaciones hospitalarias y cerca de 10.000 muertes por año? informó el Colegio de Farmacéuticos de la Capital Federal, en un estudio realizado recientemente.
La automedicación es la toma de medicamentos por propia iniciativa ante la presencia de un síntoma o enfermedad sin la adecuada indicación y supervisión médica. Se presenta ante cualquier grupo de edad y condición social.
Según el Colegio de Farmacéuticos de Capital Federal, ?el 8 % de los medicamentos que existen en el mercado pueden comprarse sin receta, pero la realidad demuestra que el 30% de las ventas se realizan sin prescripción médica?.
Por otra parte, la misma fuente aclara que en la población de nivel social medio alto el porcentaje de automedicación alcanza el 40%. Y el 38% de los habitantes que tienen una cobertura prepaga y el 44% que cuentan con una obra social se automedicaron en el último año. En tanto, el 56% de las personas que se atienden en hospitales públicos y el 55% de los que no tienen cobertura social, también tomaron esa conducta durante el mismo período.
Existe la fantasía de que los medicamentos, mágicamente, curan todo. Por este motivo hay un uso indiscriminado de los medicamentos, predominando la automedicación en todos los sectores sociales, con mayor incidencia en el sector subalterno, como resultado de consultas con pacientes, vecinos o referentes barriales válidos.
Sin embargo, los especialistas explican que ?los medicamentos no son efectivos sino se acompañan de un cambio de los hábitos cotidianos y de una indicación médica precisa?.
?En la Argentina adquirir un medicamento sin receta es muy fácil, ya que los controles oficiales son insuficientes, ineficaces y facilitan la automedicación y el comercio inescrupuloso?, citan diversas fuentes consultadas.
La automedicación pasó a ser parte del consumo desarrollando conductas adictivas. Estas situaciones se fueron agudizando debido a la crisis económica, que ha llevado a la población a la búsqueda de soluciones que le permita mantener un nivel de buena salud al menor costo posible.
Las drogas farmacéuticas actúan en el tratamiento y prevención de las enfermedades, sólo cuando son correctamente indicadas. Los remedios deben tomarse con un propósito determinado, según las indicaciones de un profesional.
El nudo del asunto es que cuando una persona está enferma no se realiza lo esencial: el diagnóstico. El único que puede hacer esto es el médico.
Consecuencias
El uso inapropiado de las drogas puede desencadenar consecuencias negativas que van desde no concretar el efecto curativo buscado, hasta en casos extremos, la adicción o la muerte, pasando por reacciones alérgicas, vómitos, diarrea, intoxicaciones y daños orgánicos.
La responsabilidad de este manejo de las drogas, es compartida entre el usuario (ya que muchas veces las adquiere y las usa sin prescripción), el comerciante (que en muchos casos las vende sin exigir receta) y el estado (que no ejerce eficazmente el control necesario y minimiza la importancia de las campañas de educación de los pacientes).
La propaganda también incentiva el consumo desmedido. La promesa de curas rápidas, de milagrosas de reducciones del perímetro abdominal, cremas para quitar imperfecciones y arrugas, son algunos de los ejemplos del absurdo cotidiano que se vende en televisión.
Si bien esta costumbre va a ser muy difícil de desterrar, se puede reorientar mediante la educación comunitaria. La educación debe arrancar desde la escuela primaria, si se quiere que realmente tenga resultado. Sólo a partir de nociones fuertemente arraigadas existe la posibilidad de que se reviertan tendencias que ya están incorporadas a la vida cotidiana y que, en gran medida, son fomentadas por algunas publicidades que debieran ser controladas y equilibradas por algo más que el formulismo que recomienda consultar al médico.
Tamara Herraiz y Adriana Tfeli
Fuentes: Dr. Julio Berner, de Crecer Juntos; Dr. Alberto Cormillot y Cámara Argentina de Farmacias.