Finalizó la toma del teatro ruso con al menos 90 rehenes muertos

La cantidad de víctimas es provisoria. Además, 346 personas están heridas, algunas muy graves. El secuestro masivo terminó tras una acción coordinada de tropas especiales, y luego de 60 horas

Tras el desenlace del masivo secuestro, el viceministro ruso del Interior, Vladímir Vasiliev, confirmó que además murieron 50 terroristas, por lo que la cifra de personas muertas en la operación de rescate se eleva a más de 140 hasta el momento.

En el asalto no murió ninguno de los agentes que intervinieron en la operación ni ninguno de los 75 rehenes de nacionalidad extranjera secuestrados en la noche del pasado miércoles.

Decenas de personas fueron hospitalizadas tras ser liberadas por las fuerzas especiales, que usaron explosivos para acceder a la sala donde estaban los rehenes y gases paralizantes para neutralizar a los terroristas, a quienes abatieron a balazos.

Testigos presenciales indicaron que algunos rehenes murieron con síntomas de asfixia y entre vómitos.

El hospital número 13 de Moscú atiende a 349 personas tomadas como rehenes en el teatro Dubrovka, mientras que el resto, cerca de un centenar, está repartido por diversos centros sanitarios de la capital rusa.

"Perdónennos por no haber salvado a todos"
En un breve mensaje televisado, el premier ruso Vladimir Putin pidió perdón a sus conciudadanos "por no poder salvar a todos" los rehenes, aunque en tono firme dijo que a Rusia "no le pueden poner de rodillas" los terroristas.

Además de confirmar la detención de tres terroristas, el gobierno señaló que entre los cincuenta secuestradores muertos había 18 mujeres, y que muchos de ellos llevaban explosivos adheridos a su cuerpo.

Entre las 5.26 hora local (1.26 GMT) y las primeras luces del alba, unidades especiales y de otros cuerpos de elite, fuertemente armados y pertrechados de máscaras antigás, acabaron con un secuestro que mantuvo en vilo durante casi 60 horas a toda Rusia y conmocionó a la comunidad internacional.

Desde el miércoles, más de 800 personas, entre ellos unos 30 niños, permanecían retenidas en el teatro moscovita donde se representaba el musical "Nord-Ost" a manos de un comando de terroristas chechenes, dirigidos por Movsar Baráyev.

El jefe del comando, que finalmente resultó muerto, había amenazado al Kremlin con empezar a "fusilar" a todos los rehenes a partir de las seis de la mañana local (02.00 GMT) de hoy si a esa hora no ordenaba detener la guerra de Chechenia.

Pero los acontecimientos se precipitaron. Según testigos presenciales y relatos oficiales, el asalto se adelantó porque los terroristas mataron a dos rehenes antes de cumplirse el plazo, presumiblemente al percibir movimientos policiales inquietantes.

Las tropas especiales rusas se ayudaron en el asalto de su arma más eficaz: un gas paralizante, que, esparcido por los conductos de ventilación del teatro, provocó desmayos, mareos y vómitos, según explicó el viceministro del Interior, Vladimir Vasiliev.

El viceministro, que no identificó el gas tóxico, aseguró que ninguno de los rehenes muertos "tiene signos de envenenamiento por gas", ante el incesante goteo de informaciones sobre el paulatino incremento del número de víctimas mortales.

Un hecho demencial
Durante el asalto se llegaron a desactivar treinta artefactos explosivos que los secuestradores habían amenazado con emplear para dinamitar el teatro.

Si no se consumó la peor de las pesadillas, que era el temor a una baño de sangre de enormes proporciones y que se comparó anticipadamente con los atentados del 11 de septiembre, en cambio las cámaras de televisión sí mostraron escenas terribles.

El primer canal de la televisión estatal difundió imágenes de cadáveres esparcidos por el suelo o como dormidos en sus asientos, charcos de sangre, bidones de gasolina y los cinturones explosivos que llevaban las mujeres "kamikaze".

También pudo verse basura amontonada, el foso de la orquesta del teatro convertido en letrina y los pasos indecisos e inseguros de los rehenes saliendo del edificio.

"Todo fue espantoso, imposible de describir", dijo Tatiana Filátova, una profesora de música que salió ilesa pero con huellas del calvario vivido.

La primera aparición pública de Putin se produjo seis horas después del asalto y tuvo lugar en uno de los hospitales donde están ingresados 349 heridos, la mayoría de ellos en estado grave.

El FSB dijo que había identificado a algunos cómplices de la trama en Moscú, Chechenia y en el extranjero, y contactos en "ciertas embajadas" de países extranjeros en la capital rusa.

El ministerio de Asuntos Exteriores ruso advirtió esta noche de que la celebración de un Congreso Chechén en Copenhague, la semana próxima, puede poner en peligro la cumbre Unión Europea-Rusia prevista para el mes de noviembre.

En una declaración, la diplomacia rusa ligó la celebración de este foro (que reúne a representantes de la diáspora chechena en el mundo y acoge a personalidades internacionales que critican la guerra en Chechenia) con la toma de rehenes concluida hoy.