Realizar un viaje tiene distintas etapas, dentro de ella la investigación de la ciudad, el presupuesto que se debe llevar, la reserva del hotel y las diferentes actividades que se pueden hacer durante la visita a un nuevo destino. Esto sucedería si se tratara de un viaje común, que no es el caso del cuarto distrito, denominada "La ciudad del pecado", Mong La.
Mong La es una ciudad en Myanmar, en Asia. Con aproximadamente 5000 metros cuadrados, allí reinan las industrias de lo prohibido, como la prostitución, ventas de animales exóticos, armas, drogas, y hasta el tráfico de personas.
Todos los días son miles los habitantes de China que cruzan hacia Mong La, aunque el turismo no es su principal actividad. Aquellos que se atreven a ir a esta inhóspita ciudad lo hacen para conseguir lo prohibido.
Detrás de este destino no hay una historia, no hay atracciones turísticas, estatuas o monumentos ni edificios que resaltan la belleza del lugar. Lo único que se puede ver en las calles son miles de tentaciones ya que las drogas duras y la prostitución reinan en esta región.
La ciudad de lo prohibido es solo un apodo, que no se acerca ni un poco a la idea de lo que sucede en esta región. Comenzando por la prostitución, es moneda común ver niñas que rondan los 13 años bailando en los burdeles, con escasa ropa, en plataformas que no pueden dominar y con un maquillaje que ni se molesta en disfrazar su juventud.
Todas las noches se pueden ver a estas jóvenes sentadas, esperando a que alguien las elija, para ganar una moneda o algún objeto o mercancía para intercambiar por dinero.
Los alojamientos son muy baratos y se destaca la suciedad. Suelen ofrecer junto con la habitación a niñas de 14 años, vírgenes y exóticas que fueron secuestradas de otras regiones de China.
Otra de sus principales características y principal atracción son los casinos. Además de las miles de apuestas que se realizan las 24 horas, esta región tienen 15 casinos, en donde se mueven cantidades impensadas de drogas, alcohol, dinero falso o lavado, personas, animales en peligros de extinción, junto con los miles de individuos que participan de las apuestas vía telefónica, con la esperanza de poder apostar en los casinos.
En cuanto a la gastronomía, los distintos menúes que se pueden elegir, van desde cobras, panales de abejas, osos negros, tigres al vino e incluso un cocodrilo entero. Lo mismo sucede con los souvenirs: se pueden adquirir patas de tigre que actualmente se encuentran en peligro de extinción, elegir a que animal se puede matar para llevarse sus pieles o incluso orina de algún animal que se venden como aceites.
No existen vuelos que se dirijan a esta región, ya que se considera ilegal. Sin embargo, en China, se ofrece una especie de excursión durante el día, pero no se puede acceder específicamente al distrito de los 15 casinos, ya que se pueden ver en peligro ellos mismos por el tráfico de personas que ocurre en la ciudad.
Existen mafias enormes que mueven las atracciones de modo que cada vez sean más perturbadoras, sucias y pervertidas; atrayendo miradas, personas y dinero a costa de lo prohibido y censurado. Los habitantes buscan que su tierra sea vista como un lugar turístico y paradisíaco, no como un semillero de perdición, por muy difícil que suene la misión.
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