El aeropuerto de Phoenix, en Estados Unidos, sufrió varias cancelaciones de vuelos en el mes de junio dentro de los horarios de las 13 hs a las 18 hs, debido a las altas temperaturas registradas, que llegaron a superar los 49 grados. Ante estos hechos, el mundo comenzó a preguntarse: ¿No se puede volar con altas temperaturas? ¿Es peligroso?
En el libro Cockpit Confidential de Patrick Smith, un piloto retirado que se dedica a contar verdades y desmentir falacias acerca de vuelos, dio las explicaciones técnicas sobre por qué es peligroso para un avión despegar cuando se registran temperaturas de más de 48 grados.
Los aviones que no se encuentran preparados para afrontar estas temperaturas desmedidas suelen ser fundamentalmente vuelos regionales que utilizan aeronaves más pequeñas, como la Bombardier CRJ, cuya temperatura máxima de operación es de 48 grados, y las aeronaves más grandes como los Boeing 747 y el Airbus, que tienen límites de operación a temperaturas más elevadas de hasta 50 grados.
Sin embargo, un factor que deben tener en cuenta las aerolíneas es la cantidad de pasajeros que pueden llevar los grandes aviones en relación a la temperatura que haga. Eso también influye demasiado en la cancelación del vuelo.
El ala de un avión está diseñada de forma que se crea una presión menor cuando el aire fluye por la parte superior del ala, y una presión mayor cuando fluye por debajo. La diferencia de presión crea una fuerza hacia arriba, pero se necesita un determinado flujo de aire para generar la fuerza necesaria. En condiciones de temperaturas extremas, debido a la menor densidad del aire, es más difícil generar esa fuerza en la forma adecuada.
Es por esta razón que en los países en donde generalmente se registran las mayores temperaturas, como en el Medio Oriente o América Latina, suele haber horarios de despegue nocturnos o luego de las 18 horas, para que el avión pueda alcanzar mayor velocidad para despegar gracias a la disminución leve de las temperaturas.
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