Viajar es una de las experiencias más enriquecedoras de la vida de una persona. Conocer a gente nueva y realidades diferentes "suman millas" a la existencia de cualquiera. Sin embargo, siempre hay que estar alerta. Los turistas son las presas más fáciles de los delincuentes alrededor del mundo por varios motivos: se confían fácilmente de los locales o no conocen las costumbres de un lugar en particular.
Es por eso que, al recorrer el planeta, hay ciertos recaudos que tomar para evitar ser víctima de una estrategia delictiva. Los usuarios de la plataforma Quora dieron a conocer los trucos más comunes con los que se han topado en diferentes países, por los que se convirtieron presas fáciles de ladrones. A continuación, las más recurrentes:
Manchas de comida o excremento de palomas
Hay varias variantes pero el mecanismo resulta ser casi siempre el mismo. En general el turista se ve salpicado por otra persona con aderezos como ketchup o hasta excremento de paloma. En este caso, alguien ofrece limpiarlos con un pañuelo y en el caos del momento aprovechan para hurtar la billetera o alguna que otra pertenencia personal.
Dejar caer las llaves
A veces, estos trucos se aprovechan de la gentileza de las personas. Uno común consiste en dejar caer las llaves u otro objeto, y, cuando el turista se arrodilla para recogerlo, el ladrón aprovecha el momento de confusión para robar. Fueron varios los usuarios que revelaron haber sido víctimas de esta estrategia.
Cuidado con las pantorrillas
Un usuario contó otra experiencia sorprendente que le ocurrió en Río de Janeiro en un micro: "Escuché el sonido de monedas cayendo a mis pies y vi a un hombre al lado mío agachándose, y me agarró muy fuerte del tobillo. Traté de sacármelo de encima pero no pude. me irrité y le grité para que me suelte y de golpe me soltó y se paró en un ángulo en el que no podía verle el rostro. Estaba tan aliviado que no me di cuenta hasta que me bajé del micro que mi dinero había desaparecido".
Descuidos en el hotel o aeropuerto
Durante la confusión en el check in en la recepción de un hotel, los turistas son víctimas fáciles. Un viajero compartió que especialmente en el momento en los que llegan transfers y se van, la cantidad de gente en la recepción es tanta que uno no se da cuenta quién se hospeda en el hotel y quién no, por lo que es un momento para tener cuidado, para que nadie se robe su equipaje.
Falsas amistades
Los viajeros más sociables son más susceptibles a este truco. Un turista estadounidense contó que cuando se encontraba en Shanghai un grupo de chicas que se sacaban fotos le pidieron a él ayuda para que tomara sus retratos. Luego iniciaron una conversación y lo invitaron a ir a una casa de té tradicional, que le cobró una cifra exorbitante, que les valió a las chicas una comisión por haberlo llevado allí con falsas intenciones.
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