La selfie. La foto que ya dejó de ser una tendencia juvenil, para convertirse en retrato básico de cualquier persona con un smartphone o una cámara digital. Las hay de todo tipo, con poses que llegan y se van, y otras que, por tratar de ser originales, terminan bordeando lo ridículo, lo peligroso y que, en algunos casos, llevan a la muerte.
Desde marzo de 2014, 127 personas perdieron la vida por intentar generar una autofoto original. Algunas historias llegaron a los medios de comunicación, otras cayeron en el olvido de lo no-novedoso.
Una selfie no es solo un objeto fotográfico, una toma de un momento efímero, o una expresión afectiva del instante. Por lo menos, no siempre. Es un gesto, una toma de postura, una expresión que solo se completa cuando otro la puede apreciar a través de las redes sociales. La selfie es por el otro.
Un trabajo realizado en conjunto entre las la Universidad Carnegie Mellon, Estados Unidos; el Instituto de Información Tecnológica Indraprastha, y el Instituto Nacional de Tecnología, ambos de la India, reunió las nacionalidades de las personas que perecieron al tratar de inmortalizarse de manera arriesgada. Y es justamente India el país que lidera el ranking, con 76 muertes, 67 fallecimientos más que el segundo, Pakistán (9), mientras que en el tercer escalón se encuentra Estados Unidos (8).
Las muertes fueron catalogadas como individuales o grupales, siendo las últimas aquellas donde varias personas intentaban sacarse una autofoto cuando la tragedia llegó, como la que sucedió en el lago Mangrul, India, en marzo de 2015, cuando 7 jóvenes se ahogaron cuando el bote se dio vuelta.
De acuerdo al trabajo, la causa más común son las caídas de lugares altos, como edificios y montañas, aunque la siguen los accidentes en tren, en general personas atropelladas por estar en la vía.
Si bien las mujeres son mucho más propensas a las selfies, el estudio señaló que el 75,5% de las víctimas fueron hombres. El 35% -la mayoría- de las 127 muertes fueron de personas entre los 20 y los 24 años.
A partir de este fenómeno, diferentes países comenzaron a tomar precauciones y a formar a su personal para que adviertan a los turistas sobre los peligros. Y hasta se creó el movimiento Selfie To Die For (Una selfie para morir), donde se publican imágenes y videos para crear conciencia sobre el peligro de tomarse fotos indiscriminadamente en lugares inadecuados.
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