El pasaporte es el documento imprescindible para travesías internacionales, y cuando un viajero está a punto de salir para el aeropuerto, su rutina consiste en chequear una y otra vez para ver si realmente lo lleva encima. Pero el mundo está en constante cambio, y dentro de poco el pasaporte será reemplazado completamente por procedimientos de seguridad biométricos.
Australia es el primer país en dar este paso. Los pasajeros internacionales que arriben a este país , próximamente pasarán por los controles de migración y seguridad sin siquiera pasar por una barrera humana. Los escáneres de pasaportes serán cosa del pasado. El Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras de este país confirmó que pronto la experiencia será completamente diferente.
Las personas, entonces, ingresarían a Australia luego de haber pasado por un procedimiento de reconocimiento biométrico de rostro, iris y huellas dactilares, que será verificado con información preexistente. Para el año 2020, el gobierno quiere que el novedoso sistema procese al 90% de los pasajeros de manera voluntaria, sin la intervención humana.
"Creo que sería el primero del mundo", afirmó el jefe de seguridad de frontera del Instituto Australiano de Política Estratégica John Coyne a un diario local. Bautizado como "The Seamless Traveller Project", este plan está en marcha desde el 2015, con un presupuesto estimado de USD 100 millones.
Esta "transformación de la experiencia migratoria" convertiría el ingreso a un aeropuerto internacional en uno mucho más fácil, asemejado al de uno doméstico. Todavía no está muy claro de qué manera se implementará el flamante proyecto, pero un modelo piloto de esta tecnología se pondrá a prueba en el mes de julio en el aeropuerto de Canberra, al que llegan vuelos internacionales de Wellington y Singapur. Desembarcaría en uno de los aeropuertos más grandes del país recién en noviembre, y a todo el país para marzo del 2019.
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