Las experiencias innovadoras se multiplican alrededor del mundo. Se trata de buscar una vivencia diferente. De sorprender a un cliente cada vez más difícil de sorprender. La última gran novedad turística llega procedente de Zagreb, la capital croata, donde en las últimas semanas se inauguró el Subspace Hotel.
El hotel no se parece a ningún otro. Es más bien una nave espacial. Los huéspedes no duermen en habitaciones como sucede en cualquier hotel tradicional. Sus "dormitorios" son cápsulas. ¿La búsqueda? Recrear la experiencia que atraviesan los astronautas en sus misiones a cientos de kilómetros de la Tierra.
El Subspace cuenta con una sala principal espaciosa donde se encuentran las 20 cápsulas donde los huéspedes se alojarán. Todas ellas importadas de China y de un tamaño diminuto, de 1,2 por 2 metros, lo cual solo permite capacidad para una persona. A su vez, como cualquier hotel convencional, dispone de una recepción, una cafetería y el agregado extra de una terraza.
El dueño del establecimiento, Hrvoje Krlic, un entusiasta emprendedor que desde pequeño se fanatizó por las películas de ciencia ficción, señaló a la agencia EFE: "Este hotel representa nuestra visión de un viaje estelar. Nuestra intención es que el dormitorio simule el cuerpo de una nave espacial".
El hotel, ubicado en pleno centro de la ciudad, busca emular al detalle la experiencia de una misión cósmica. Por eso, la higiene juega un papel vital: "Después de ser utilizada, cada cápsula es desinfectada por completo con una sustancia especial que mata el 99,99 por ciento de todos los microbios, lo que las vuelve casi estériles", detalló el hotelero.
Más allá de las escasas dimensiones de la cápsula, una de la turistas reconoció: "Cuando entré por primera vez, me sorprendió la sensación de mucho espacio que hay adentro". Los curiosos dormitorios espaciales cuentan con distintos niveles de ventilación, conexión a Internet, una pantalla táctil con teclado y auriculares, además de una caja fuerte como cualquier habitación hotelera.
"Realmente parece como el dormitorio de una nave espacial, con ese cielo, ese piso que destella, con esas duchas que parecen unas cámaras de regeneración", comentó Hans, otro turista austríaco. Ser un astronauta por al menos una noche, uno de los sueños típicos de la infancia, se materializa en una versión hotelera.
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