A 80 kilómetros de Budapest y bordeado por las comunidades de Bokod y Oroszlány se encuentra el mágico "pueblo flotante" de Hungría. Así se conoce a este extraño y fantástico lugar, donde las cabañas y las casitas de madera se suspenden sobre el Lago Bokoi. Estas encantadoras residencias ni siquiera funcionan como hogares durante el año, ya que aquí se quedan los locales que deciden utilizarlas para escapadas de verano.
Si se piensa en un pueblo sobre el agua, lo primero que se le viene a la cabeza es Venecia, con sus eternos e icónicos canales. O quizás incluso las Islas Maldivas o la cautivadora Giethoorn, la localidad holandesa ubicada a 120 kilómetros de Ámsterdam que, debido a la ausencia de rutas y autos, se ganó el apodo de la "Venecia de Holanda", o la "Venecia del Norte".
Pero este rincón de Hungría, tan anónimo y desconocido hasta para los mismos lugareños, se convirtió hace poco en un destino al que acuden de todo el mundo los curiosos, en especial los fotógrafos, tanto amateurs como profesionales.
A 80 kilómetros de Budapest y bordeado por las comunidades de Bokod y Oroszlány se encuentra el mágico “Pueblo Flotante” de Hungría
Es que el "Pueblo Flotante" es el sueño del artista. Se hizo especialmente conocido durante el año 2014, cuando el buscador online Bing utilizó una imagen del lugar en la portada de su plataforma. Sigue siendo un lugar poco turístico pero fue fotografiado muchas veces desde ese momento, en especial durante el amanecer y atardecer, en instantes cuando el reflejo del sol crea obras de arte con la ayuda de las aguas cristalinas.
Si se sale desde Budapest, la mejor opción para llegar a este pequeño paraíso es viajar hacia Oroszlány y viajar desde allí en auto. Filas de cabañas se ubican sobre plataformas marinas, conectadas a tierra firme gracias a largos y rústicos muelles.
Sin embargo, ésta no es la única atracción. Escondidas dentro de los bosques, a 8 kilómetros de Bokod, se encuentran las ruinas de la abadía benedictina Vértesszentkereszt, abandonada en 1583, cuando los turcos invadieron el pueblo cercano de Tata.
En el pueblo, quizás lo más curioso sea el lago. El Bokodi, de 160 hectáreas, funciona en realidad como un sistema de refrigeración para una central eléctrica de la zona, por lo que, a pesar de que las temperaturas del lugar alcanzan niveles bajísimos que producen que la mayoría de los cuerpos de agua se congelen, este lago permanece en estado líquido durante los 365 del año. El nombre completo es Bokodi-hůtőtó, y el agua en él está en un permanente estado de circulación -la fría entra a la planta, y la caliente sale hacia el exterior-.
Por esta razón, este pueblito es un destino preferido por los pescadores, que no tienen que cortar ni romper bloques de hielo para disfrutar de su hobby durante los meses de invierno. Y como las casas y las cabañas de llamativos colores están directamente sobre el lago, no hace falta más que salir de la puerta de entrada y apostarse sobre los muelles que funcionan como senderos peatonales para sentarse con una caña y regocijarse al aire libre.
Giethoorn, otro pueblo acuático europeo
Giethoorn es un encantador pueblo holandés que parece salido de una elucubración fantástica. Está ubicado en la provincia de Overijssel, dentro de la municipalidad de Steenwijkerland, a 120 kilómetros de Ámsterdam, Países Bajos. Los vecinos y turistas recorren el lugar en botes o canoas, razón por la que se ganó el apodo de la "Venecia de Holanda", o la "Venecia del Norte".
El poblado, que fue fundado en el siglo XIII, no tiene calles por las que circulen vehículos ni transporte automovilístico de ningún tipo. La única manera de manejarse por allí es caminando, en bicicleta o en botes, que circulan a través de los varios canales (que alcanzan la extensión de casi 90 kilómetros en total) que unen a la comunidad. Estas rutas acuáticas crean una imagen salida de la fantasía, gracias a los 176 puentes que adornan su geografía.
La única forma que tienen los turistas de llegar a Giethoorn es dejando el auto en las afueras y trazar el resto del camino a pie, o a través de los que se conocen como "botes silenciosos", que se llaman así debido a que los motores que utilizan no hacen ruido. Es más, la paz y la tranquilidad son elementos esenciales del lugar, y su sitio web oficial explica que "el sonido más fuerte que uno puede escuchar generalmente es el 'cuack' de un pato o el canto de los pájaros".
La bicicleta es parte de lo cotidiano. Si bien es uno de los medios de transporte más antiguos, desde hace algunos años volvió a adquirir popularidad en todo el mundo, y cada vez son más las ciudades y las personas que se suman a una iniciativa que intenta cuidar el medio ambiente, y evitar el sedentarismo. Pero en este pueblito holandés, la bici siempre fue una gran manera de explorar el lugar. La mayoría de los hoteles y alojamientos ofrecen un servicio de alquiler de rodados, el medio de transporte ideal para recorrer los campos infinitos de los Países Bajos.
La maravilla flotante de la Bahía de Halong
La bahía de Halong está ubicada al norte de Vietnam, en la provincia de Quang Ninh. Fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994 y, además en el 2011, como una de las siete maravillas naturales del mundo. En realidad hay muchos destacados como Ba Hang, Cua Van, Vung Vieng y Cong Dam, pero el verdadero atractivo es el pueblo flotante.
Es un mundo acuático como ningún otro. Los visitantes que arriben hasta aquí podrán apreciar cómo es el día a día en un lugar en donde la escuela es flotante y donde el turismo es clave para su supervivencia. Es un mini-universo donde las generaciones nacen y mueren, sin siquiera recurrir al mundo exterior. Un verdadero paraíso natural.