El Louvre es el museo más concurrido del mundo, con 9 millones de visitantes al año. Es una de las atracciones obligadas de París, y un lugar imposible de recorrer a fondo en un solo día. Una de cada diez personas le dedica más de cinco horas, y una minoría lo recorre en una hora. Esto implica sacrificar muchas grandes piezas, pero lo cierto es que la mayoría acude solamente para conocer sus joyas más convocantes: la Gioconda de Leonardo Da Vinci -ubicada detrás de un vidrio y con protecciones de todo tipo, producto de su valor incalculable, que hace que nadie se atreva a asegurarla-, la Venus de Milo, la Victoria alada de Samotracia, la Libertad Guiando al Pueblo de Delacroix y la Pirámide de Ming Pei.
Pero, a pesar de la cantidad de visitantes y de las cifras millonarias que recauda -cuando las inundaciones de junio pasado producidas por la crecida del Sena obligaron a que el museo cierre durante 72 horas para salvaguardar sus obras perdieron un número aproximado de un millón de euros– su estructura se había quedado en el tiempo. Adaptarlo al siglo XXI requirió una renovación extensiva y profunda que comenzó en el 2014.
Jean-Luc Martínez, el presidente y director del Louvre explicó: "Estas renovaciones son nuestra respuesta a preguntas concretas sobre el futuro del museo: ¿Cómo es el Louvre que queremos ofrecerles a nuestros visitantes? ¿Cómo podemos lograr que un ex palacio y el complejo conocimiento que encapsula sea más accesible para todos? ¿Cómo podemos atrapar a nuestra audiencia? No se trata sólo del mayor número de visitantes, sino de saber cómo darles la bienvenida y ayudarlos como podamos".
Estas nuevas características podrán comenzar a ser disfrutadas por sus visitantes entre el martes 5 de julio (día en el que se llevará a cabo un evento al que acudirá el presidente François Hollande) y el 6 de julio, e Infobae recopiló una lista con las 8 renovaciones más importantes que mejorarán la accesibilidad del Louvre, y que implicarán un alivio para sus millones de visitantes.
Menos fila
Inaugurada en 1989, la Pirámide fue originalmente diseñada para recibir a 4,5 millones de visitantes al año. 25 años más tarde, esta cifra se duplicó, y la entrada queda chica. Es por eso que éste fue el mayor foco de la renovación. Se podrá seguir ingresando por aquí, pero ya no se podrá salir por la pirámide. Además, a raíz de los recientes atentados, la seguridad del museo se duplicará, para una visita más tranquila y sin inquietudes.
Más user-friendly
Otra manifestación del Louvre más user-friendly, es el nuevo centro de interpretación que se ubicará en el Pavillon de l'Horloge. Les dará claves para un mejor entendimiento del museo y su historia, ya que fue una vez un palacio real, antes de ser la sede de este centro de cultura universal. La historia del Louvre se desarrolla en cuatro salas ubicadas en tres niveles, a través de obras de arte, modelos interactivos, fotografías y películas.
Adiós a las barreras idiomáticas
Para una mejor experiencia de los visitantes, el Louvre decidió abordar distintos proyectos para romper con las barreras idiomáticas, y para que esta "Torre de Babel" pueda ser un lugar en el que todos estén cómodos. Por ejemplo, se reeditaron y tradujeron 38 mil etiquetas de obras de arte y sus textos acompañantes a distintos idiomas.
Una app para no perderse
Todos los que fueron al Louvre terminaron perdiéndose. Y como este problema ha ido in crescendo, las autoridades del museo decidieron lanzar una aplicación de geolocalización para smartphones que se puede adquirir desde la web del museo. Además mejoraron el WiFi para una mejor experiencia.
Desconcentración
El Louvre es un lugar no apto para los claustrofóbicos. A pesar de su gran superficie, la cantidad de gente en algunas salas -como en la que se encuentra la Mona Lisa- es sofocante. Y para que no se concentre tanta gente en la Pirámide y en el hall principal, y por consejo de su propio arquitecto, se movieron los espacios comerciales, y se reemplazó el centro de información para el visitante por dos mostradores empotrados.
Un público universal
El Louvre es el museo más visitado del mundo, y el 75% de los que arriban a la institución son extranjeros. Los estadounidenses, chinos, italianos, brasileños e ingleses son las nacionalidades más concurrentes. Pero como es casi imposible readaptar todos los carteles a todos los idiomas, se ideó un espacio en la entrada con tres banderas que mostrarán imágenes de las obras más emblemáticas para que los turistas sepan hacia dónde deben dirigirse.
El Louvre se agranda
La puerta de entrada de este museo se ampliará, se duplicará la cantidad de baños -antes había 40 y ahora 80- y se agregarán diez boleterías automáticas a las diez que ya existen. Además, gracias a esta flamante renovación del museo, tendrá capacidad para un público de 12 millones de personas.
Louvre Abu Dhabi
Estas renovaciones -que costaron 53 millones de euros- fueron posibles gracias a un flamante proyecto en Abu Dhabi. Allí, la icónica institución francesa tendrá su primera franquicia que abrirá a fines de este año. Todo comenzó en el año 2007, cuando el Emirato firmó un contrato con el gobierno francés para comprar el nombre del Louvre hasta el 2037 y construir un museo diseñado por el ganador del premio Pritzker, Jean Nouvel. El acuerdo costó más de U$D 948 millones. Sin embargo, un dato no menor es que el Louvre Abu Dhabi no será una sede del Louvre París, sino que se trata de una institución nueva, emiratí y no francesa.
Cabe destacar que, más allá de lo que su nombre sugiere, el punto de vista del museo no será occidental; se dejará de lado la taxonomía del Louvre de París y de otros museos europeos que clasifican a los objetos exhibidos según la región a la que pertenecen. Esto significa que el principio organizativo será el tiempo, no el espacio. Dicha disposición cronológica buscará poner de manifiesto las conexiones entre civilizaciones y culturas que, de otro modo, podrían parecer inconexas y esto hará que el museo adquiera un carácter universal, trascendiendo la geografía y el concepto de naciones.
En concreto, la colección del museo presentará objetos de las áreas de arqueología, bellas artes y artes decorativas. Ciertos museos franceses prestarán algunas de sus obras durante los primeros diez años de vida del Louvre Abu Dhabi. Se han alquilado 300 obras del Louvre París y del Musée d'Orsay, como El pífano (Manet), Napoleón cruzando los Alpes (David), Retrato de la madre del artista (Whistler), Mujer con espejo (Tiziano) y La Belle Ferronnière (Leonardo).