La elección de los alimentos es clave en la salud de los niños. La presencia de ciertos nutrientes en su dieta favorece el adecuado crecimiento y desarrollo. La tendencia a comer entre horas es un hábito que cada vez tiene mayor presencia en la vida de los argentinos. Esta costumbre, según cómo sea utilizada, puede agregar calorías vacías al menú o por el contrario, utilizada inteligentemente, puede ser una herramienta para enriquecer nuestra alimentación.
Un estudio realizado en Argentina por el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) halló que el 80% de los argentinos come "entre horas", es decir que comen fuera de los horarios de desayuno, almuerzo, merienda y cena. La hora preferida para esto es la media tarde, y quienes más lo hacen son los niños de tres a cinco años. Sólo un tercio elige opciones que pueden considerarse saludables, mientras que la mayoría opta por alimentos con más del doble de calorías, grasa, sodio y azúcar que la recomendada, y con mínima o nula presencia de nutrientes y vitaminas.
Las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) fueron creadas para ayudar a establecer hábitos de alimentación saludable que nos permitan mejorar nuestra salud y calidad de vida. Para su diseño, previamente se realizó un diagnóstico de situación, que mostró que en el país conviven problemas relacionados con el déficit de algunos nutrientes básicos como hierro, calcio, vitamina D, vitamina A, C y zinc junto con problemas por exceso de calorías, grasas saturadas, azúcares refinados y sodio.
"Estas guías nos indican que debemos consumir cinco porciones diarias de fruta y verdura (sólo se consumen 1,9 en promedio) y tres porciones por día de lácteos (sólo alcanzado por la mitad de la población). Y la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) refuerza estos datos", aseguró la médica Valeria Kes (MN 97551), médica pediatra especializada en nutrición.
Los lácteos, en caída libre: los argentinos consumen cada vez menos leche https://t.co/N4Lgtx74bp pic.twitter.com/FkIqVYMCMo
— Tendencias (@InfobaeTrends) 1 de junio de 2017
Es entonces que la quinta comida puede ser una excelente oportunidad para incorporar nutrientes que por lo general los niños no consumen adecuadamente. Entre los alimentos más saludables para para hacerlo se incluyen las frutas, las verduras y los lácteos.
"Pensando exclusivamente en los más chicos, hoy el mercado ofrece una gran variedad de opciones dentro de este grupo de alimentos, como por ejemplo los alimentos lácteos descremados, fermentados fortificados con calcio, vitamina D, hierro y zinc; que aportan gran cantidad de nutrientes que cumplen funciones vitales en el crecimiento, la salud ósea, la inteligencia y la inmunidad. Entre los no recomendables se encuentran panificados industriales, galletitas, productos de copetín, golosinas y bebidas azucaradas, debido a su alto contenido en azúcar, sodio, grasa saturada y calorías", aportó la especialista.
La infancia es un momento óptimo para establecer hábitos saludables. Aprovechar el momento de la quinta comida para incorporar alimentos con adecuada presencia de nutrientes clave puede ayudar a prevenir situaciones que alteren el correcto crecimiento y desarrollo de los niños.
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