Las dietas sin gluten existen desde hace varios años y están confeccionadas para los celíacos. La enfermedad es causada por el daño al revestimiento del intestino delgado cuando se ingiere gluten. Cuando las personas con esa patología consumen dichos alimentos, reaccionan y no absorben los nutrientes.
Los síntomas en cada persona pueden ser diferentes. Algunos tienen estreñimiento, diarrea, inflamación, náuseas y vómitos. Si la enfermedad no se trata, se pueden tener riesgos muy serios para la salud y en casos extremos muertes por deshidratación y pérdida de potasio.
Por esta razón, deben seguir una dieta que elimine por completo todo aquello que contenga trigo, avena, cebada y centeno. Sin embargo, hay quienes no son celíacos, pero aún así restringen la ingesta de estas comidas.
La nutricionista Agustina Murcho explica que es una práctica está muy de moda. "La gente asocia el gluten con algo negativo, pero hay alimentos sin gluten que también tienen carbohidratos. El arroz, la papa, la batata, las legumbres, la polenta, la maicena son algunos de ellos", detalló.
Y agrega "quienes siguen este régimen y evitan los alimentos con TACC lo hacen porque creen que van a engordar. En realidad no es real que ayuda a bajar de peso, porque se reemplaza por otros alimentos una composición nutricional que es igual o más calórica. En general, no es bueno suprimir si no hay patología. Diferente sería eliminarlos porque no nos gustan, pero privarnos de cosas que nos agradan, hace que el deseo aumente y se genere un descontrol alimentario".
Seguir un plan alimentario que corresponde a una enfermedad sin una necesidad real, definitivamente no es algo bueno, pero existe algo mucho más grave. Lo que muchos no saben es que al hacerlo están perjudicando su salud y distintas investigaciones han confirmado estas hipótesis.
El departamento de Celiaquía de la Universidad de Columbia (EEUU) realizó un estudio a más de 100.000 personas, durante 25 años. Los resultados fueron reveladores ya que se llegó a la conclusión de que el gluten solo es dañino para los celíacos. Las personas que, sin la enfermedad, lo consumían de manera diaria perjudican el correcto funcionamiento del corazón.
El siguiente paso fue relacionar las dietas con la incidencia de enfermedades coronarias y se documentaron 6.529 afecciones cardíacas de las cuales 4.243 fueron infartos de miocardio no fatales y otros 2.286 mortales.
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