Ícono de la alimentación de nuestro país, el doctor Alberto Cormillot dialogó con Infobae acerca de una problemática que excede los límites del país para convertirse en un conflicto que preocupa a muchas sociedades del mundo: la mala alimentación.
Según el especialista, todos los indicadores que tenemos de los años 2005, 2009 y 2013, a excepción de lo que concierne al cigarrillo, fueron emperorando. Por ejemplo, el exceso de peso aumentó del 49% al 63%; la hipertensión ahora es del 35%; la diabetes aumentó del 8% al 11; el consumo de alcohol de riesgo episódico –es decir, de baja periodicad o frecuencia– pasó a ser más frecuente, la gente toma más y se emborracha y maneja, y aumentó un 10%.
Respecto al consumo de frutas y verduras, cuya ración era de dos por persona, bajó a una. Sólo mejoró levemente el índice de personas que se realizan el Papanicolau y el examen de mamas, pero aún existe un 35% de personas que no se hacen estos controles.
Ausencia de prevención, falta de comunicación, falta de compromiso por parte del Estado y falta de límites son los principales responsables de una país en estado "delicado", en el cual, obesidad, diabetes, hipertensión y colesterol elevado están a la cabeza de un triste ranking por culpa de la mala alimentación.
11 claves y estrategias para tener una Argentina saludable
– El adecuado manejo de los medios, el fortalecimiento de la escuela primaria, su consideración como parte de la agenda pública y que el tema de la salud forme parte del discurso público son las bases. Si uno observa bien, no ha formado parte, durante los últimos años, del discurso público.
– En el caso de la alimentación, es necesaria una acción concreta, como la implementación de estrategias múltiples: esa es una lección que dejó el cigarrillo. Se puede combatir si se ponen cuatro cosas juntas: prohibición de la publicidad, educación del público, regulación de los lugares de venta y regulación de los lugares el consumo.
– Crear campañas en medios de comunicación. Si uno no hace campañas muy fuertes, continuas, de educación, de enseñar -por ejemplo- cómo comprar, cómo cocinar, cómo preparar alimentos adecuados y que sean económicos. La gente no sabe cocinar, la gente no sabe comprar, hay un tema que ya no depende de la conducta individual, sino que tiene que ver con lo que hace el Estado.
- Respecto a la alimentación, lo que es necesario es una regulación del marketing destinado a los niños.
– Es fundamental una educación en los colegios. Pero es muy difícil meterse dentro de los establecimientos cuando se están discutiendo cosas más básicas como que del total de los chicos, el 50% no sabe interpretar un texto. Pero sería fundamental que en los colegios, por un lado se educara a los maestros en lo que es alimentación, porque ellos no educan a los chicos al respecto, ya que tampoco lo saben ellos.
– Mejorar los comedores escolares y que las madres sean las verdaderas custodias de lo que entra en los kioscos es algo imprescindible. Por ejemplo, hay cinco o seis distritos que tienen leyes de kioscos saludables, pero no se cumple en ningún lado, porque no hay quién vaya y supervise.
– Otro tema que es importante es que sólo el 6% de los colegios tiene bebederos. Una de las cosas que nosotros estamos impulsando desde el Instituto Argentino de Alimentos es que en los municipios los comerciantes o las industrias auspicien al menos un bebedero en un colegio.
– Facilitar los patios seguros. En la Provincia, los chicos corren todavía, pero en la Ciudad de Buenos Aires, hay muchos colegios en los que, para evitar los juicios, no corren. Yo pertenezco a la generación de chicos que se caían, se lastimaban las rodillas y en la que no había juicios. Así crecimos más o menos bien. Prohibir correr en un colegio es algo raro.
– Crear programas antibullying en los colegios. Cuatro de cada diez chicos tienen sobrepeso, lo ideal es que se lleven la vianda al colegio, pero en muchos colegios les hacen bullying por ese motivo.
– Regular la cantidad de grasa, la cantidad de azúcar y la cantidad de sal que se consume .
– Los cinco alimentos que no pueden faltar en una dieta saludable: frutas, hortalizas, lácteos, legumbres y bebidas sin azúcar y sin alcohol. Descartar la idea de que comer comida dietética es comer aburrido.
—Si tuviera que ponerle un puntaje a la salud de la Argentina hoy, del 1 al 10, ¿cuál le daría?
—Un 6
—¿Cuál es la última enfermedad más grave que tenemos como sociedad los argentinos?
—Yo no diría una, creo que la violencia, que como enfermedad social me parece muy importante. Y la otra, la irresponsabilidad, la confusión del límite con represión. Eso me parece gravísimo. Creer que cuando uno pone el límite se está haciendo dictadura militar. Es una estupidez casi incomprensible. No hay sociedad sin límites.
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