Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 30% de los cánceres se pueden prevenir adoptando hábitos saludables y modificando ciertas conductas, como realizar actividad física o dejar de consumir tabaco y, fundamentalmente, adecuando las costumbres dietéticas. En ese sentido, existen algunos nutrientes capaces de reducir el riesgo de desarrollar cáncer o esenciales para acompañar el tratamiento.
La enfermedad que mata a más de ocho millones de personas por año invoca a la necesidad imperiosa de cambios en la rutina. Una manera de empezar es haciendo cambios en la dieta, lo que de acuerdo a un estudio científico publicado en la revista Journal of Oncology puede prevenir la formación de tumores y combatir el crecimiento de los existentes. La clave está en una serie de alimentos identificados que provocan que el propio cuerpo dificulte el crecimiento de las células cancerosas, cortándoles el suministro de sangre.
La angiogénesis es el proceso por el que el cuerpo hace crecer nuevos vasos sanguíneos a partir de los que ya existentes, ayudando a cicatrizar heridas o aumentar el tamaño de los músculos. Sin embargo, los nuevos capilares también pueden alimentar al tumor. Para que ello no suceda hay determinados compuestos que evitan que se produzca este suministro a las células cancerosas, y que se encuentran en comidas comunes.
1. Flavonoides: una familia de moléculas que son poderosos antioxidantes y bactericidas. Algunos de los alimentos las espinacas, cebollas, perejil, remolacha, rúcula y tomillo. "Son los compuestos polifenólicos mejor
estudiados. Dentro de ellos se incluyen a las flavonas, flavanonas (cebolla, lechuga), y antocianinas (frutos rojos), explicó a Infobae la médica especialista en nutrición Mónica Katz.
2. Polifenoles: inhiben la actividad de agentes mútagenos y estimulan la actividad de la enzima de destoxificación de compuestos tóxicos. Katz indicó que "los polifenoles presentes en el vino rojo inhiben la oxidación de ácidos grasos y previenen el cáncer".
3. β-Glucano: es una fibra soluble (avena y cebada). "Los productos de hidrólisis del β-Glucano modifican metabolitos con potencial actividad carcinogénica presentes en el colon y generan derivados inocuos detoxificados que son eliminados con la materia fecal", dijo Katz.
4. Elagitaninos: glicosidos del flavonoide ácido elágico, un tanino presente en la granada, fresas y nueces.
5. Monoterpenos: gran parte del olor característico de aceites obtenidos de cítricos, cerezas y menta se debe a su contenido de monoterpenos. El limoneno es el precursor de los demás, está presente en el aceite de la cáscara de cítricos y eneldo, el carveol y carvona en la menta; el perílilo está presente en la menta y cerezas; el geraniol en el aceite de cáscara de limón. Detoxifican y generan apoptosis.
6. Carotenoides: los lβ caroteno, α caroteno, luteína, zeaxantina y licopeno previenen de la peroxidación de lípidos y ácidos nucleicos, aterogénesis y cáncer. Están en los vegetales amarillos y rojos.
7. Menaquinona: una forma de la vitamina K2 presente en productos lácteos fermentados como el yogur, en quesos curados y en la carne roja.
8. Cúrcuma: un antioxidante que ayuda a prevenir el cáncer y se valora por sus beneficios como antiinflamatorio y analgésico. Principal componene del curry, reduce el nivel de glucemia. "También disminuye el colesterol total, aumenta el HDL y los triglicéridos. Paradójicamente, a bajas dosis (500mg), reduce un 17% los valores lipídicos, mientras que en altas dosis (6,000mg), sólo un 5%, según señalan estudios científicos", agregó la docente de la Universidad Favaloro.
9. Beta-criptoxantina: un carotenoide que da el color naranja, amarillo o rojo a muchas frutas, presente en grandes cantidades en la papaya.
10. Quercitina, Antocianinas y Proantocianidina: las cebollas rojas contienen un alto nivel del primero de estos flavonoides. Las frambuesas, arándanos y moras otorgan antocianinas, mientras que el tipo de tanino proantocianidina se encuentra en el cacao, canela, arándanos, manzanas y uvas.
11. Isotiocianatos: estos intervienen en la conversión metabólica de carcinógeno a compuestos inactivos e inducen apoptosis (suicidio de células tumorales). Alimentos que lo contienen: berro, calabaza y brócoli.
12. Resveratrol y Licopeno: dos famosos antioxidantes. El primero, presente en los frutos rojos, uvas y vino tinto. En tanto el licopeno está en los tomates (multiplica al cocinarse en forma de salsa).
13. Glucosinolatos, isotiocianatos y indole-3-carbinol: estas moléculas se encuentran en el brócoli, coliflor, mostaza, rábanos o coles de Bruselas.
14. Omega-3: "Los ácidos grasos omega 3 y 6, el ácido araquidónico n-6 y n-3, como el EPA y el DHA, poseen efectos antiinflamatorios y tienen actividad anticancerigenas", detalló Katz, autora del libro Somos lo que comemos. Algunos pescados de agua fría como el salmón, la trucha y la caballa poseen n-3, en tanto en los vegetales se encuentran en aceites de lino, cártamo y nuez.
LEA MÁS:
Dieta mediterránea, la nueva aliada contra el cáncer de mama
Cómo organizar las comidas del día para evitar enfermedades cardíacas
Snackeo: 5 alternativas que parecen saludables pero no lo son