El agua, la yerba, la bombilla y el recipiente conforman la infusión que se transformó en una tradición que se repite diariamente para sus fanáticos. Casi siempre presente en una reunión familiar o con amigos, o como acompañante en un grato momento de soledad, el mate es la bebida más preferida por los argentinos. Pero, a pesar de estar tan familiarizada, poco se sabe de su influencia positiva para la salud.
Se conoce que el impacto de su alta concentración de polifenoles como antioxidante mejora las defensas naturales del organismo, aporta minerales (magnesio y potasio) y contiene ocho de las 13 vitaminas del grupo B necesarias para el cuerpo humano. Y una investigación reveló que beneficiaría los huesos en mujeres posmenopáusicas, a pesar de que contiene cafeína, una sustancia que perjudica los huesos.
Este último estudio dio impulso a una idea el investigador del CONICET Rosario Lucas Brun: crear una yerba mate que mejore las propiedades de las piezas del esqueleto. Fue así como pusieron en marcha un ambicioso proyecto que actualmente transita por su segunda fase, cerca de llegar a las pruebas finales.
"La idea del proyecto consiste en desarrollar una yerba mate con mayor contenido de aquellos componentes con propiedades beneficiosas sobre el tejido óseo. Particularmente, el proyecto apunta a las propiedades del hueso porque nuestro grupo trabaja en biología ósea, pero esto repercutiría también en otros tejidos dada las características antioxidantes de los polifenoles", explicó a Infobae Brun.
Para ello, analizarán los parámetros normales indicados para las infusiones de yerba mate y el efecto de sus componentes sobre las células óseas. El objetivo es conocer qué cantidad de polifenoles se debería agregar para que brinden un resultado positivo, de modo de poder crear el alimento funcional.
El proceso consta de tres ciclos. "La primera etapa ya ha concluido, donde realizamos una caracterización de infusiones de 13 marcas comerciales en las cuales evaluamos aquellos componentes con potencial efectos sobre el hueso como calcio, fosfato, flúor, polifenoles, cafeína y capacidad antioxidante".
En el segundo paso, actualmente en marcha, se propone evaluar diferentes combinaciones de los componentes de la yerba mate sobre células óseas. "En base a las etapas previas, la última será evaluar el efecto de la yerba mate modificada en animales de experimentación".
El trabajo recibió financiamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate. Comenzaron a evaluar 10 marcas comerciales en el país que abarcan el 80 por ciento del producto en el mercado. Al estudio se incorporaron además otras con menor nivel de cafeína.
La idea es seductora. Sin embargo, al pasar la yerba por este proceso, la duda surge: ¿puede llegar a diferir en el gusto? "Éste es un punto importante y que será evaluado en su momento. Esperemos que no modifiquen las características organolépticas dado que la yerba mate sería en este sentido un buen vehículo en nuestro país. Nosotros vivimos en un país donde prácticamente todos toman mate, independientemente de los recursos económicos que tengan, y no costaría trabajo que la gente lo incorpore dada nuestras costumbres", finalizó el autor.
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