El sudor, para quienes representa un problema que se manifiesta cuando la temperatura sube apenas unos grados, es uno de los peores aspectos del verano. Aún más para aquellos que pasan las vacaciones en la ciudad y no tienen la oportunidad de estar en una pileta o una playa refrescándose.
Cuando la transpiración es inevitable y se vuelve un obstáculo para la vida cotidiana, limitando las opciones de vestimenta, el medio de transporte para viajar, los lugares a los que asistir o los horarios de salir a la calle, puede ser muy frustrante. Para algunos es genética, para otros los ambientes en los que viven y, en muchos casos, la alimentación. El consumo de ciertos alimentos puede hacer a cualquiera más propenso a sudar más de lo común.
Alcohol
El consumo de alcohol eleva la temperatura corporal a muy corto plazo y estimula el sistema nervioso, por eso es probable que, aunque el plan sea tomar una cerveza en un lugar con aire acondicionado, se produzca una sudoración inesperada. Además, para peor, después puede provocar una gran deshidratación.
Café
El café, si bien es consumido con menor intensidad durante el verano, es la bebida favorita de los Millennials, que la eligen con mucha frecuencia para arrancar la mañana en una oficina fría o hacer una pausa a la tarde. Sin embargo, la cafeína provoca una respuesta casi inmediata en el cuerpo, activando el cerebro y acelerando el metabolismo de manera muy potente. Esta estimulación de las reacciones bioquímicas del cuerpo, que excita el sistema nervioso, es un efecto muy indeseado para aquellos que desean mantener controlado su sudor.
Alimentos picantes
Este efecto, conocido por aquellos que gustan de ponerle picante a su comida, es casi inmediato y puede ser extremo. La capsaicina, el componente que contienen los ajíes picantes, es un irritante, por lo menos para los mamíferos, por lo que activa las glándulas sudoríparas y provoca ese efecto de sudoración incontrolable.
Leche entera
La leche entera es muy pesada a diferencia de las presentaciones bajas en grasa, lo que provoca que el cuerpo busque eliminarla a través de todas las vías posibles. Una de las más comunes es, justamente, la transpiración. Por eso todos los alimentos ricos en grasas aumentan la posibilidad de transpirar más.
Alimentos hipercalóricos
Consumir alimentos con excesivas calorías -además de catalizar problemas de salud relacionados con el exceso de sal o azúcar- dificultan la digestión. El metabolismo tiene entonces que trabajar más para poder procesar y digerir todos los alimentos y, durante este proceso, aumenta notablemente la sudoración.
Para reemplazarlos, lo mejor es mantener una dieta saludable y una hidratación constante para controlar la temperatura corporal. Comer cereales integrales, leche baja en grasas, almendras, té verde y una gran variedad de frutas y verduras es la clave para mantener al cuerpo funcionando correctamente, sin ningún estímulo que active una sudoración innecesaria y excesiva.
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