La preparación de un deportista de alto rendimiento tiene varias aristas. Al arduo trabajo físico que realizan en pos de mejorar sus marcas es -y de un tiempo a esta parte cada vez más- casi imprescindible que se le sumen terapias alternativas para acelerar sus tiempos de recuperación y un cuidadoso seguimiento de su alimentación.
Tanto, que la judoca argentina Paula Pareto pedía a los cuatro vientos una hamburguesa tras haber logrado la medalla dorada en Río 2016. ¡Y bien merecido que se tenía el "gustito"!
"La dieta afecta al rendimiento deportivo, y los alimentos que elegimos consumir durante el entrenamiento y la competición afectarán al resultado de los mismos. Cada deportista debe ser consciente de sus objetivos nutricionales personales y de cómo puede seleccionar una estrategia de alimentación para cumplir esos objetivos", señalaron desde el Grupo de Trabajo sobre Nutrición del Comité Olímpico Internacional (COI). La dieta afecta al rendimiento deportivo y los alimentos afectarán a los resultados.
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— Tendencias (@InfobaeTrends) 10 de agosto de 2016
Por paradójico que parezca, y mientras quienes buscan perder peso no abandonan la calculadora para controlar todo lo que consumen, la mayor parte de las dietas de los deportistas olímpicos se compone de calorías que duplican a las de una persona con actividad moderada, pudiendo superar las 4000 Kcal diarias una mujer que participa en deportes de resistencia y alcanzar las 10 mil un hombre en la misma disciplina.
Salvando las particularidades de cada deportista y de cada disciplina, Infobae consultó al médico cardiólogo y deportólogo Jorge Franchella (MN 44.396) cuáles son los lineamientos generales que debe seguir un deportista de alto rendimiento en su alimentación.
"En general por el volumen e intensidad de entrenamiento suelen ser deportistas que consumen muchas calorías, alrededor de 6000 kcal diarias y ello obliga a ingerir alimentos de alto valor energético", comenzó a explicar el director del Programa de Actividad Física para la Salud y el Deporte del Hospital de Clínicas.
Y tras asegurar que en los períodos cercanos a la competencia predominan los hidratos de carbono, aclaró que "de acuerdo en gran parte al tipo de deporte y la forma de competencia, si se trata de participaciones diarias por ejemplo tendrá una última ingesta sólida tres horas antes de la competencia de la denominada ración de espera semilíquida con no más de 10% de hidratos de carbono".
A la aclaración de la importancia de mantener una buena hidratación siempre y durante la prueba de acuerdo a la modalidad de juego, Franchella destacó que "entre las jornadas, es clave la ingesta de hidratos de carbono de alto índice glucémico, de rápida absorción y que recomponen los depósitos de combustible (glucógeno)".
Sobre si existen "prohibidos" en la dieta del deportista, el especialista enfatizó que "en especial se evitan las grasas saturadas y se privilegian las proteínas de alto valor biológico como la clara de huevo". "Se debe complementar muchas veces con algún suplemento de vitaminas, minerales y oligoelementos -como por ejemplo magnesio-, que es difícil aportar en la dieta habitual, más aún teniendo en cuenta el tiempo que insume el entrenamiento además de las participaciones competitivas".
La presencia de un local de comida rápida en la Villa Olímpica fue motivo de críticas y controversias. Sorprendentemente, Franchella aprobó la iniciativa (y justificó su opinión): "Creo que debe recordarse que se trata de fast food, es decir comida rápida, en lugar de chatarra como habitualmente se la califica. En general al analizar sus componentes encontramos carne, verduras, frutas e hidratos de carbono. En ese sentido puede sonar extraño ante la publicidad general que reciben estas empresas, pero en mi opinión he observado que tienen estándares de calidad y cuidados superiores a otras aceptadas en forma universal y que no son sometida a éste análisis".
La dieta paleo, el boom en la Villa Olímpica
Los atletas siempre tuvieron el imperativo de la vida sana. Pero las nuevas dietas, como la paleo, que suprime las harinas, parecen haber llegado para quedarse. Y ya trascendieron el boca a boca para instalarse entre los atletas de élite, desafiando incluso el imperativo histórico del aporte -se creía irremplazable- de hidratos de carbono antes de las competencias.
Luis Scola y Emanuel Ginóbili adoptaron la dieta paleo, sin harinas ni azúcares y con las carnes, frutas y verduras como base. Empezaron los líderes de la selección argentina de básquet y contagiaron a los más jóvenes, como Nicolás Laprovíttola y Facundo Campazzo.
Es que históricamente, los atletas se cargaban de carbohidratos (energía para sus músculos) con la ingesta de fideos, arroz, papas y carnes. Pero la dieta paleo, que imita el estilo de alimentación del período paleolítico, fue ganando terreno entre los atletas. No sólo la Generación Dorada, sino también varios futbolistas, como Lionel Messi y Sergio Agüero, lo incorporaron para mejorar su rendimiento. "La fuente de energía para los atletas antes eran las pastas. Ahora muchos eligen una dieta paleo, que otorga energía a través de hidratos de carbono refinados, no tan procesados. Y la fuente de eso son las frutas", explicó el médico deportólogo Norberto Debbag.
Novak Djokovic es otro superatleta con dieta paleo, quien en 2011 descubrió que era celíaco, dejó las harinas y adoptó una modalidad de dieta sin gluten ni azúcar. Con el correr del tiempo eliminó cada vez más las carnes rojas, al punto de que sólo ingiere pescado.