Cuando una dieta falla, ¿la culpa es de los padres?

El éxito o el fracaso de una rutina alimentaria, según un informe estadounidense, está directamente relacionado con la carga genética de cada persona. En qué consiste el plan que desafía el ADN

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La dieta genética podría modificar el 95% de los genes en una persona (Shutterstock)
La dieta genética podría modificar el 95% de los genes en una persona (Shutterstock)

¿Cuántas dietas se han probado y cuántas han fracasado? La influencia de los planes alimentarios de moda han sido el primer error adoptado por muchas personas que deciden bajar de peso o simplemente mejorar sus comidas diarias. Esto sucede debido a que, por ejemplo, perseguir la dieta mediterránea o irse a dormir sin comer no le darán los mismos resultados a todos los seres humanos.

La explicación es lógica: cada cuerpo con su respectiva alimentación. La ciencia asegura en diferentes informes que ganar o perder peso depende de la constitución genética de cada individuo. Mientras que, en la misma línea, el éxito o fracaso de una dieta está directamente relacionado con los genes.

"Llevamos viendo las dietas de la misma forma en los últimos cien años, dando por hecho que solo hay una dieta óptima", explicó el doctor William Barrington, de la Universidad del Estado Carolina del Norte, donde han realizado el informe que confirma la teoría de las rutinas alimentarias fallidas y la influencia directa de la genética.

"Tenemos que decir que la obesidad y el sobrepeso le están ganando a la lógica que hace 40 años no se pensaba que se podía engordar, salvo que hubiera mucha carga genética. En la actualidad hay tres errores comunes en la dieta diaria que hacen engordar a una persona: la carga genética, el sedentarismo y la hiperingesta (comer mucho y moverse poco). Esto sucede desde hace 40 años. Las personas con estos problemas poseen carga genética como siempre y el sedentarismo se incrementó", dijo el doctor Máximo Ravenna a Infobae.

Es muy importante hacer permanentemente la ingesta cada tres horas (Shutterstock)
Es muy importante hacer permanentemente la ingesta cada tres horas (Shutterstock)

El equipo estadounidense estudió, durante seis meses, el efecto de cuatro dietas diferentes: occidental, japonesa, mediterránea y atkins. ¿La conclusión? Respecto a los alimentos de la occidental -alta en hidratos de carbono-, convierten en obesos hasta a un roedor de laboratorio. "El impacto de la dieta depende única y exclusivamente de la composición genética de cada individuo".

Esto significa que el futuro de la nutrición -como han apuntado en los últimos años numerosos especialistas- está en las dietas personalizadas a partir del ADN de cada persona.

El test genético casero abre un nuevo escenario para la medicina (Shutterstock)
El test genético casero abre un nuevo escenario para la medicina (Shutterstock)

De qué se trata la "dieta genética"

Deepak Chopra, uno de los autores y doctores favoritos de la presentadora televisiva Oprah Winfrey, fue mucho más allá ya en su libro Super Genes, en donde aseguró que "la dieta, el comportamiento y otras condiciones ambientales son capaces de influir en casi el 95% de la carga genética".

La dieta genética, en cambio, se cuestiona las reacciones del cuerpo con la comida. Los genes son los que reaccionan a la forma en la que se vive y cada alimento consumido se procesa en el tracto intestinal, descomponiendo los nutrientes esenciales y desencadenando reacciones de bacterias.

Chopra dijo que "la genética está experimentando una revolución que -por primera vez- abre el camino para que las personas influyan en su propia actividad de los genes".

"Los pescados grasosos, las moras, las nueces, las semillas, los granos integrales, los vegetales de hoja color verde oscuro, la soja y los lácteos bajos en grasa, los pimientos, los tomates, el ajo y el aceite de oliva son muchos de los alimentos permitidos en la dieta que no inflaman el intestino", contó el autor de Super Genes.

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