Cereales y legumbres, dos de los alimentos esenciales para una madre primeriza

Cuáles son las pautas esenciales para el correcto desarrollo del bebé desde el momento de la concepción. Una especialista definió para Infobae los nutrientes que no deben faltar

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La alimentación de los más pequeños es esencial para un desarrollo adecuado (Shutterstock)
La alimentación de los más pequeños es esencial para un desarrollo adecuado (Shutterstock)

La maternidad comienza en el momento de la concepción. A partir de ese instante, se emprenden los primeros 1000 días del bebé, una ventana de oportunidad para construir una vida saludable e influir en su salud futura.

El rápido crecimiento y desarrollo durante el embarazo, la lactancia, alimentación complementaria y hasta los dos años de edad, implican un aumento de la necesidad de nutrientes.

Por lo tanto, es esencial asegurar una manutención adecuada y completa durante este período crítico para garantizar su máximo potencial físico, intelectual y emocional.

La licenciada en Nutrición para Nutriacademia Gabriela Olagnero (MN 2054) destacó que "durante el embarazo es necesario que la madre lleve una dieta completa y equilibrada para proporcionar al bebé los nutrientes indispensables para que crezca sano y para construir reservas para el período de lactancia".

Durante el embarazo:

– Cereales, derivados y legumbres: Pastas, panes, galletitas. Resulta preferible siempre los integrales y moderar el consumo de panificados. Estos aportan energía para el crecimiento del bebé.
– Verduras y frutas: 5 porciones al día, utilizando verduras y frutas cocidas y crudas (prestando especial atención a su higiene), de diferentes colores. Una de las frutas debería ser un cítrico. Estos alimentos brindan minerales, vitaminas y fibra.
– Lácteos: se recomiendan 3 porciones de lácteos por día. Son la principal fuente de calcio.
– Carnes y huevo: se aconseja variar entre carnes blancas y rojas, seleccionando cortes magros y retirar la grasa visible antes de su consumo. Pueden incorporarse hasta 3 huevos semanales y se sugiere el consumo semanal de pescado. Aportan hierro y proteínas de excelente calidad y omega 3.
– Aceite: es necesario por su aporte de grasas saludables, se recomienda consumirlo crudo como condimento.

"Es importante no olvidar la hidratación -remarcó Olagnero-. Se sugiere consumir 8 vasos de agua por día, también pueden incorporarse caldos de verdura, jugos naturales o licuados de frutas con agua o leche, e infusiones suaves como té o mate cocido, evitando el exceso de café y el consumo de alcohol, ya que resultan inadecuados para el bebé".

Por otro lado, es importante realizar actividad física diariamente. Esto ayudará a aumentar de peso en el embarazo de manera adecuada.

¿Y después del nacimiento?

El vínculo que se genera durante el amamantamiento es crucial para el desarrollo (Shuttersotck)
El vínculo que se genera durante el amamantamiento es crucial para el desarrollo (Shuttersotck)

Luego del nacimiento comienza el período de lactancia. La leche materna es el mejor alimento para el bebé, ya que contiene todos los nutrientes necesarios y lo protege contra enfermedades e infecciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda una lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad. "Para una lactancia exitosa, se deben continuar con los hábitos alimentarios adquiridos en el embarazo, evitar dietas restrictivas, hidratarse correctamente y recordar que la producción de leche implica un gasto energético y una necesidad de nutrientes mayores a las del embarazo", aconsejó la especialista.

La leche materna contiene todos los nutrientes necesarios y protege al niño contra enfermedades e infecciones

Tras asegurar que "a los seis meses de edad, el desarrollo neurológico y digestivo del bebé es adecuado para comenzar con la introducción de alimentos que complementen la leche materna", Olagnero puntualizó que "en esta etapa, el bebé incursiona en un mundo de nuevos sabores y texturas y cada comida implica un nuevo aprendizaje, por lo que es importante que quien lo alimente se encuentre sereno y explique al bebé qué es lo que le va a ofrecer".

"Se debería comenzar por papillas de cereales o vegetales enriquecidos con leche materna o fórmula recomendada por el pediatra", recomendó. Paulatinamente, a las papillas se aconseja incorporar alimentos ricos en proteínas (carnes o huevo), primero procesados y luego, en pequeños trozos.

A partir del año, el bebé se incorporará a la mesa familiar. Este es un período en el que los requerimientos nutricionales de los niños son elevados para hacer frente a su rápido crecimiento. En ese sentido, Olagnero insistió que "las comidas que se ofrezcan deben contener todos los grupos de alimentos en cantidades adecuadas. Se recomienda no agregar sal ni azúcar a las comidas debido a que gran parte de los hábitos de la adultez surgen de esta etapa. De esta manera también cuidamos su salud futura".

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