La historia de Tarra y Bella sin dudas fue uno de los acontecimientos más emocionantes del Santuario de elefantes de Tennessee. Su estrecho vínculo se gestó por 8 años y simboliza claramente la inocencia de dos seres que, luego de experiencias no gratas relacionadas con el maltrato animal, supieron encontrar un refugio y cuidado mutuo.
El elefante conocido como Tarra nació en Burma (República de la Unión de Myanmar, Asia) en el año 1974. Cuando tenía seis meses de edad fue llevada a Estados Unidos en una caja de madera en un avión de carga. Fue adquirida por un vendedor de neumáticos en el sur de California que la mantuvo en un camión de reparto. Poco después de su llegada a Estados Unidos, el elefante asiático fue declarado una especie en peligro de extinción, y toda futura importación de elefantes asiáticos en América fue detenida.
"A los dos años, Tarra fue comprada por Carol Buckley. Ella fue entrenada para realizar y dar paseos. Carol y Tarra viajaron trabajando en circos, parques de atracciones, zoológicos, en la televisión y en películas durante las siguientes dos décadas. En 1995, Carol Buckley se asoció con Scott Blais para fundar 'The Elephant Sanctuary' y Tarra se convirtió en el primer residente", aseguraron voceros del santuario en su web.
Generalmente, los elefantes suelen moverse en grupos durante toda su vida. Son animales que escogen un par del cual no se separan. En este caso, Terra apenas conoció a Bella supo que su compañera debía ser ella y desde entonces jamás se separaron. Realizaban diariamente todo juntas, incluso el can dejaba que el elefante de aproximadamente 4000 kilos acariciara su panza con su pata.
La historia de Bella proviene de las calles. Ella y un grupo más de perros sin hogar cercanos al predio del santuario fueron cobijados y disfrutan libremente de las 1.092 hectáreas destinadas al refugio de toda especie que lo necesite.
El vínculo era tan estrecho que realmente se notó la devoción mutua durante la enfermedad de Bella en 2009. La perra sufrió una grave lesión en su columna que la mantuvo inmóvil y bajo cuidado en la oficina del segundo piso del santuario, permaneciendo Tarra y Bella separadas durante semanas. El elefante no se movió de las puertas de las instalaciones durante días por lo que los miembros del santuario decidieron llevarle a Bella para calmar su preocupación. Desde ese entonces, las visitas terapéuticas se repitieron todos los días hasta que Bella mejoró.
Lamentablemente, sus ocho años juntas terminaron con la muerte del can a finales de octubre de 2011. Se cree que el suceso fue un ataque de coyotes y que Tarra fue quien encontró el cuerpo de su incondicional amiga y lo trasladó hasta las casa principal. Cuando el personal ingresó al granero junto a Bella y otros cinco elefantes más. Hoy Tarra encontró refugio en su hermana y en otros elefantes pero su historia de amor incondicional con Bella dejó una marca en todo aquel que conoció su historia. Incluso el santuario realizó un video para recordarla con la misma alegría y simpatía que la caracterizaba.
Pero esta hermosa historia no es la única. Existen miles de vínculos que unen a especies diversas en diferentes contextos. De hecho, la convivencia entre animales es fundamental para el desarrollo evolutivo. La empatía es en muchos casos hasta un instinto de supervivencia.
"Hay casos de delfines que han ayudado a los humanos a escapar de tiburones y elefantes que han auxiliado a antílopes a salir de sitios en los que estaban atrapados", explicó el profesor Marc Berkoff, de la Universidad de Colorado, en una entrevista concedida al Telegraph a raíz de la publicación de su libro Wild Justice.
La ciencia aún no ha descubierto en totalidad qué es lo que ocurre en relación al concepto de amistad entre especies, pero los cientos de videos de las redes demuestras que los animales "tienen personalidad, mente y sentimientos", como explicó al doctora Jane Goodall, experta en chimpancés en una entrevista a Verne. Estos sentimientos son sin dudas la expresión más pura que comprueban la inocencia y capacidad colaborativa de los animales del planeta.
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