Ron y Gretchen Levine llevan años al frente de un centro de refugios conocido como A Paw Above Pet Sitting Services en Florida pero, esta vez, su labor es reconocido por primera vez a nivel mundial debido al huracán Irma. Este acontecimiento natural llegó a la categoría 5, y se degradó este martes a ciclón postropical, aunque aún hoy deja lluvias en partes del sureste de EEUU y en los valles de Ohio y Tennessee. Las autoridades reportaron 37 muertes en el Caribe, cuatro muertes en Carolina del Sur y dos muertes en Georgia.
Dentro de este catastrófico escenario, las mascotas tomaron un rol primordial, en especial para Ron y Gretchen, quienes, debido a las evacuación y/o ausencias de la presencia de los dueños de las mascotas a la hora de anunciarse los fuertes vientos y lluvias, decidieron hacerse cargo y refugiar a los animales en su propio hogar. La cifra ascendió lentamente hasta llegar a 46 animales -perros gatos y conejos-. Debieron esperar todos juntos hasta que el pico de la tormenta pasara. Antes del impacto del huracán, la pareja ya había recogido las mascotas de 23 familias diferentes.
Ambos rescatistas se notaron sorprendidos por la excelente convivencia entre especies durante el período que estuvieron refugiados. A medida que la tormenta acrecentaba, uno de los problemas que tuvieron fue la ausencia de energía eléctrica. Por suerte, la pareja contaba con un generador que le permitió a ellos y a los animales estar en las mejores condiciones posibles.
"Todos se han estado llevando bien; separamos a los perros más pequeños de los más grandes. Los gatos están instalados en casas para gatos en un segundo dormitorio y en nuestra oficina. Todos los animales se preocuparon poco por la tormenta", aseguró Ron a The Dodo.
Pero su tarea aún no concluyó y lo que resta no será para nada sencillo. Pese a que la tormenta cada vez se encuentra más estable, los servicios básicos y de transporte aun no volvieron a la normalidad. Cada vez se hace más complejo para los dueños llegar al refugio en búsqueda de sus animales, pero tanto Ron como Gretchen aseguran no tener inconveniente en hospedarlos el tiempo que sea necesario.
"A partir de ahora no tenemos ni idea de cuánto tiempo se quedarán con nosotros, ya que los vuelos de sus familiares se retrasaron o se cancelaron", agregó Ron.
La convivencia forzada por la catástrofe natural definitivamente fue hasta ahora un éxito. Hoy los animales solo esperan el regreso de sus dueños para continuar con sus rutinas diarias tras un corto período de diversión y cuidados intensivos.
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