No hay nada más común en el mundo que ver en las vidrieras de las veterinarias a cachorros y perros adultos esperando su turno para la hora del baño. También están quienes lo hacen en casa y compran los productos necesarios para que salgan relucientes como pompas de jabón.
Lamentablemente, muchos dueños de gatos no pueden contar con esa suerte. Para algunos se vuelve casi imposible el contacto de los felinos con el agua, y la explicación se remontaría a miles y miles de años atrás.
Según investigadores, los gatos domésticos no le temerían al agua en sí. Lo que sucede es que cuentan con una experiencia acotada que les hace desconfiar de todo aquello que les resulta desconocido y en este caso en particular a todo aquello que está mojado.
Estudios genéticos han demostrado que los gatos salvajes de Europa y África vivían en zonas desérticas en donde había pocas cantidades de agua y esto los llevó a tener escaso contacto con dicha sustancia.
"Los gatos no han evolucionado para relacionarse mucho con el agua", aseguró la especialista en comportamiento animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Cornell.
Entonces, por qué bañarlos no es algo que se recomiende. Sin duda esto depende de varios factores, habrá quienes lo vean como algo necesario, pero también estarán los aconsejen hacerlo.
Los "detractores" dirán que la salud de un felino se reflejará en su pelaje, ya que cuando se sienten mal suelen manifestar signos inespecíficos: decaimiento, anorexia o falta de acicalamiento son algunas de las señales a las que estar atento.
Por eso es importante prestar atención a sus comportamientos y al estado y color de su pelaje porque si este es áspero, duro, tieso o sin brillo estamos ante de la presencia de algún tipo de problema de salud.
"Hay que estar atento ante una falta de acicalamiento y realizar una consulta porque puede ser secundario o un problema de salud como una parasitosis o cualquier enfermedad que genere dolor o debilidad y por lo tanto poco deseo de higienizarse", explicó la médica veterinaria Nicole Behar.
A pesar de que una gran parte de los felinos es bastante sensible al agua, existen algunos a los que les gusta ser sumergidos en ella, jugar y hasta hacer travesuras con el líquido de los grillos o canillas.
La contracara aparece cuando hay que hacerlo porque están enfermos: "Hay enfermedades de piel como las micosis generalizadas o algunas seborreas, entre otras, que requieren de tratamientos a base de baños con shampoos medicados".
"En otras ocasiones obesidad o artrosis en gatos gerontes evitan que el animal pueda realizar un correcto acicalamiento de ciertas zonas del cuerpo y necesiten que nosotros los ayudemos, para así evitar enfermedades de la piel o que el pelo se apelmace", detalló la especialista.
Y agregó: "Para los gatos que se meten en chimeneas, lugares sucios o si entran y salen de la casa, también se aconseja hacerlo. Pueden ensuciarse con grasa, gasolina o alguna otra sustancia que pueda ser tóxica y necesite ser eliminada con nuestra ayuda".
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