No es muy extraño notar en algunas ocasiones que los perros del hogar se encuentran decaídos, sin ganas de jugar o comer. En muchos casos se suele vincular con un tema estacional o bien alguna posible enfermedad que se esté incubando, pero también se puede estar enfrentando ante un típico caso de depresión. Extrañar a los dueños, paseos y regaños pueden ser los vinculantes de dicha patología cada vez más común en las mascotas.
Los animales presienten y sobre todas las cosas sienten, un claro y principal motivo que puede causar una gran depresión: el hecho de quedarse solos en el hogar. En la actualidad las mascotas suelen pasar más tiempos solos que acompañados y tal como los humanos, existen algunos que lo resisten con mayor facilidad que otros.
"Los perros tienen un poderoso vínculo con los seres humanos. Puedes entrenar a un perro para hacer todo tipo de cosas y entender nuestros gestos. Asumimos que cuando salimos, ellos saben que volveremos pronto, pero ellos no lo entienden así. Parecen ser que están más angustiados cuando están separados de sus dueños que cuando están separados de otros perros. Y, debido al "marco de padres e hijos", nos ven como "figuras de apego" afimó Roy Hattersley en su libro "En defensa de los perros".
Los regaños continuos y la falta de interés en ellos también pueden ocasionar episodios de estrés y depresión en los mejores amigos del hombre. Aunque la intención es entrenarlos para un buen comportamiento, la ansiedad y el tono elevado de la voz puede provocar la reacción inversa.
La falta de ejercicio puede ser otro desencadenante de la patología en cuestión, los animales disfrutan en demasía las salidas con sus amos. Paseos diarios permiten que las mascotas tengan un buen estado anímico como también una buena condición de salud.
"El estrés causa una depresión en el sistema inmunológico del animal, lo que conlleva a múltiples enfermedades. Incluso, desarrollan infecciones bacterianas en la piel que si no son tratadas oportunamente, pueden ser la puerta de entrada para más enfermedades" señalo la veterinaria Laudia Cazañas a El País
Cuando se nota un cambio repentino en el comportamiento del can es necesario analizar en profundidad cual pudo haber sido la causa que lo generó y en caso de no encontrarla una consulta con el veterinario resulta fundamental para descartar algún tipo de enfermedad presente, señala la especialista Cazañas.
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