Para los animales la deducción primaria en cuanto a esperanza de vida se asocia al tamaño físico. Los pequeños parecen vivir menos, más fugazmente. Los elefantes o las ballenas viven más que los roedores, acudiendo a un ejemplo que refleja los dos extremos bien opuestos. Pero a pesar de que en el reino animal las especies de mayor tamaño gozan de más años, la teoría no se replica para los perros.
De acuerdo con una reciente investigación de un grupo de especialistas de la Universidad Colgate, de Hamilton (Nueva York), los ejemplares más grandes tienen una expectativa de vida menor. El motivo está en los radicales libres del oxígeno, que son moléculas que surgen como consecuencia del proceso por el que las células obtienen energía de los alimentos y que al perder electrones los recuperan sacándoselos a las células del cuerpo, oxidándoselas cuando lo hacen.
Los radicales libres de oxígeno pueden dañar las membranas celulares, a tal punto de contribuir al cáncer u otras enfermedades. Para neutralizarlas el cuerpo genera otra clase de moléculas, llamadas antioxidantes, un desarrollo poco eficaz en la temprana edad de los perros grandes. Este proceso es el responsable del envejecimiento y deterioro del cuerpo, y la razón, según los investigadores, por la que un chihuahua pueda alcanzar los 15 años de vida, casi doblegando las posibilidades de un gran danés.
Josh Winward y Alex Ionescu tomaron muestras de 80 restos de tejido de cachorros y perros fallecidos. Tras aislar las células durante unas semanas, se analizaron en un laboratorio. Explorando la producción de energía de los canes, identificaron que en las células de los cachorros de razas grandes la tasa de radicales libres del oxígeno se elevó, y los antioxidantes no podían frenarlos.
La razón esgrimida fue que tienen un metabolismo rápido que consume una cantidad de energía muy superior a la de los ejemplares pequeños. El problema se encuentra en la etapa de crecimiento, ya que en la comparación no sucedió lo mismo con canes adultos tras mostrar niveles similares de energía y radicales libres.
Los autores señalaron la importancia del posible hallazgo, ya que tener conocimiento sobre las moléculas permitiría desarrollar suplementos alimenticios con antioxidantes para los cachorros de razas grandes que eliminen los radicales antes de que causen daño, de modo que puedan mejorar su salud y alargar su periodo de existencia.
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