Van desde grandes y elaborados a pequeños y sencillos. Están disponibles en varios colores, telas, y diseños. Aunque se utilizan para el pelo también pueden ser usados alrededor de la muñeca como un accesorio.
Rommy Revson lo patentó como 'Scünci' en 1986 en honor a su perro caniche y desde ese momento fue furor en la televisión de la época. Eran particularmente populares en los años 80 y 90, en versiones más grandes.
El scrunchie ha sido criticado durante décadas. Los apasionados de la moda creían que su uso se limitaba únicamente al look de entrecasa. Se pensaba que el accesorio de pelo generaba una apariencia cansada, sucia y dejada. La icónica Carrie Bradshaw, protagonista de Sex and the City, creía que ninguna mujer podría salir de su casa con uno.
Sin embargo, no se utilizan para recoger peinados retro de hace veinte años, sino que se adaptan a las modas actuales de pelo como los rodetes altos y recogidos desprolijos.
Las celebrities más fashionistas de Hollywood avalan el regreso y optan por los scrunchies para armar looks casuales y cómodos para salir a calle.
Se vieron en las pasarelas de colecciones 2018 que siguen líneas retro-nostálgicas. Laurent Philippon, el director artístico global de Bumble and Bumble y responsable del estilismo de la reconocida marca neoyorquina Mansur Gavriel, reconoció que eran muy "cool" y los eligió para su desfile.
En las tiendas de moda es difícil no encontrarse uno en el sector de accesorios. Existen lisos o estampados. El terciopelo y las lentejuelas dominan el accesorio con un estilo más ochentoso.
Los scrunchies se han bajado y vuelto a subir a las pasarelas de marcas como Marc Jacobs, Louis Vuitton, Ashish, Vivienne Westwood, J.W. Anderson, Rag and Bone y por último Chanel en el desfile que presentaba la colección otoño 2014, donde el estilista Sam McKnight los utilizó porque eran "la mejor manera de asegurar un recogido deshecho".
La política estadounidense Hillary Clinton solía lucir con el pelo largo uno de color blanco. Para ella la presentación de su pelo era importante y así lo pronunció en un discurso en la universidad de Yale en 2001: "Presten atención a su pelo, porque lo hará todo el mundo". En 2015, en apoyo a su candidatura se crearon con humor scrunchies estampados con su cara que se vendían por 11 dólares.
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