La alucinante historia del farmacéutico francés que se parecía a Perón

Pierre Fabre no solo creó el vocablo “dermocosmética”, innovó la manera de tratar y reparar las pieles sensibles y dañadas. Fundó un imperio pensando en la gente, alrededor de dos obsesiones: la naturalidad y aplicar el mismo rigor científico que se utiliza para hacer un medicamento, para fabricar una crema. Infobae recorrió la “ruta Fabre”, en el suroeste francés, de Toulouse a París. El legado de un hombre que creía en el poder de la naturaleza y también en el progreso del hombre

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El francés Pierre Fabre, un
El francés Pierre Fabre, un farmacéutico sencillo y visionario:  creó un imperio farmacéutico y cosmético global, fiel a su tierra y a su gente. Lo llamaban “el señor del suroeste francés”.

El farmacéutico francés Pierre Fabre bien pudiera haber sido un dirigente peronista del conurbano bonaerense. Para éste hacedor nato que fundó y creó desde cero, el hoy segundo imperio cosmético global homónimo – con una facturación de 2400 millones de euros- la cuestión territorial fue tan importante como los principios activos de las plantas en su negocio dermocosmético.

Con Juan Domingo Perón no sólo coexistió en vida, sino también y por sobre todo en la manera de mirar el mundo: la mejor manera de hacer crecer su influencia era volver prósperos a los habitantes del territorio, a los lugareños. Construir poder territorial y brindar oportunidades.

No en vano a Fabre lo llamaban "el señor del suroeste francés". Desde su ciudad natal, Castres, -nació en 1926- creó una especie de pasarela vigorosa, de itinerario con sello propio entre pueblos y ciudades: de Toulouse a París. Allí se expandió e instaló cada una de sus fábricas, campos de cultivo, oficinas, centros de investigación, estaciones termales, entre otros: Toulouse, Lissertel, Castres, Avene, Cauquillous, Montpellier, París. Infobae recorrió la "ruta Fabre" por el suroeste francés.

Fabre desarrolló con fervor cada uno de estos destinos y también a su gente: le imprimió nuevos y viejos oficios; capacitó a los agricultores locales en nuevas técnicas de sembrado -bio, sin agroquímicos-, descubrió y desarrolló nuevos cultivos para la zona, como la avena de Rhea. Refundó las viejas y abandonadas Termas de Avene y las transformó en una de las estaciones termales naturales más importantes del mundo. Y comprometió al Estado francés a que lo ayude a preservar los bosques de alrededor hasta convertirlo en lo que hoy se conoce como el Parque Natural Regional Avene. Reabrió y construyó ferrocarriles alrededor de cada centro PF y en la ciudad de Cauquillous -donde hoy está la sede central de PF- recuperó la estación central de tren que estaba cerrada. En Castres -su pueblo natal- fundó en club de rugby al que nunca dejó de financiar.

Pasarela sólida, de la salud a la belleza

En 1940 – en ciernes con los tiempos de la posguerra- un Fabre recién recibido de farmacéutico en la Universidad de Toulouse tuvo una mirada innovadora sobre la cosmética: tratar cada crema, cada producto como si fuera un medicamento de farmacia. Apuntó a que el proceso de producción posea el mismo rigor que el de la industria farmacéutica.

Allí mismo Fabre acuñó el término "dermocosmética" (PFDC), que implicó encarar el tratamiento de la piel desde la salud, la curación y la reparación. Es por eso que la dermocosmética actúa más directamente sobre las pieles frágiles, sensibles y dañadas; que sufren dermatitis atópica, psoriasis, rosácea, ichtiosis o prurito o personas post cancer que realizaron quimio o radio.

Fabre le agregó otras dos innovaciones -u obsesiones- que marcaron profundamente el ADN de la compañía hasta hoy: la naturalidad, ir a buscar los principios activos transformadores a las plantas; y el expendio sólo a través de las farmacias. La voz del farmacéutico iba a concentrar el saber y el consejo experto.

El poder las plantas fuer
El poder las plantas fuer el gran diferencial de los productos dermocosméticos de PF. Su legado fue profundizar el estudio de la botánica aplicada a la salud en África y Sudeste Asiático.

Eric Ducournau, CEO y director general Mundo de PFDC explicó a Infobae desde Le Carla, el imponente castillo del siglo XIX, emplazado en Castres, en un dominio de más de 60 hectáreas : "Pierre Fabre fue un verdadero adelantado a su época. Comprendió "el savoir faire" de su profesión, la farmacéutica, y lo aplicó -con el mismo rigor- a la elaboración de cada producto dermocosmético. El hecho de que haya tomado la decisión de venderlos en la farmacia fue toda una declaración de principios".

Hoy el grupo de Pierre Fabre es el segundo conglomerado en dermocosmética más importante del mundo – después de otro big player como el Grupo L'Oreal – y segundo en Francia después del gigante farmacéutico Sanofi. Posee tres ramas de productos fundamentales: la farmacéutica, incluso con productos contra el cáncer -de pulmón, de mama, entre otros-, la rama dermocosmética dirigida a las pieles sensibles y dañadas; y consumo y cuidado de la salud.

Los caminos de Pierre Fabre

A esta altura, la historia de vida de Pierre Fabre bien podría haber sido el guión de una buena película. En diálogo con Infobae, Martine Butault, responsable de Comunicación de PFDC precisó: "La identidad de los 2300 productos que posee PF es haber creado una especie de "pasarela" entre el rigor de cómo se produce un medicamento y la realización de un producto dermocosmético. Monsieur Fabre además de ser un visionario y un vanguardista, fue una apasionado de su trabajo, de su tierra y de su gente".

Ya en el suroeste de Francia se puede advertir la verdadera "ruta Fabre", que arranca en Toulouse, donde él fue a la universidad y se recibió de farmacéutico en la década del '40. Allí hoy trabajan los equipos de investigación – los galenistas- que se ocupan de hacer la fórmula final de muchos productos, y se trata de la cuarta ciudad en desarrollo y población de Francia. En Soual está el centro de producción PF.

La sede central de PF
La sede central de PF en Cauquillous es considerado uno de los edificios de arquitectura bioclimática, más destacados de Francia: todo a base de la rotación del sol y la luz natural y rodeado de bosques que albergan especies en extinción .

En Castres se encuentra el origen de la compañía. Su centro histórico -casi medieval- aún conserva la farmacia donde Fabre descubrió su primer éxito: unas ampollas de origen natural que curaban la trombosis en las piernas de las mujeres textiles de fines de los años ´50 y ´60. Ellas se quejaban que sufrían el mal por las largas jornadas de trabajo "paradas". La novedad del producto fue múltiple y se convirtió en un furor de la época: era de origen botánico, venía en ampollas y se lo podía aplicar la mujer en su casa. No necesitaba ir al médico. Todas cuestiones de independencia y modernidad, que hoy parecen obvias, pero que no lo eran para la época. En la zona de Lissertel Fabre propulsó el cultivo – Terre d´Avoine– de un tipo de avena -el tipo RHEA- con propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias. Ideal para aquellas pieles con problemas. Hasta llegar a París -en el barrio La Madeleine – donde en la actualidad están las oficinas del Instituto capilar Rene Furterer, emblemático "spa" para el cabello.

"En cada uno de estos pueblos y ciudades existe no solo un edificio emblemático del grupo PF sino que muchos también trabajan y viven desde hace más de 50 años a la par del crecimiento de la compañía", reforzó Martine Butault.

Mireille Miroglio, responsable de Relaciones Públicas de PFDC sede central apuntó a Infobae: "Cuando monsieur Fabre instaló el edificio central en Cauquillous ; además de construirlo con normas y criterios bioambientales – luz natural y rodeado de bosques con especies en peligro de extinción y conservación – renovó y reconstruyó la estación de tren que estaba cerrada hacía tiempo y creó una guardería muy cercana para que sus empleados vengan a trabajar más felices"

El legado

Con el cambio de siglo y cumplidos los 80 años, Fabre comenzó a preparar su final, el propio y el del grupo, que había representado su vida. Murió en el 2013, a los 87. Como no tenía hijos, ni herederos directos, sus decisiones eran muy importantes para perfilar el destino que iba a tomar la compañía, a esa altura, globalizada y exitosa.

Todos los presidentes y políticos
Todos los presidentes y políticos de Francia quisieron estar cerca del famoso “monsieur Fabre”. El fue un hombre que se supo codear con el poder pero nunca resignó su independencia. Su fuerza estaba en la gente.

Lo primero que hizo entonces fue crear una Fundación y donar los activos y ganancias mayoritarias (86%) a la Fundación Pierre Fabre, cuyo principal objetivo iba a ser desarrollar innovación e investigación alrededor de la botánica y de los principios activos de las plantas. Especialmente en los países subdesarrollados con una población con alta incidencia de enfermedades de la piel y con serios problemas de acceso a la salud. En África (Madagascar) y en el sudeste asiático (India, entre otros). Invirtió en el estudio de la dermatología tropical en estas zonas. Y también convirtió a estos destinos en zonas de cultivo de especies botánicas autóctonas de PF, por fuera de Francia.

Con esta cesión de ganancias a la Fundación PF, Fabre se aseguró tal vez su mejor jugada cuando él ya no estuviera: ningún grupo o conglomerado iba a poder comprar la compañía o integrarla a otro grupo.

"Hoy nuestro gran desafío es ser líderes mundiales", expresó Eric Ducournau a Infobae.

Para Serge Bouteleau, director de la filial Pierre Fabre Argentina: " El último movimiento que hizo fue donar el porcentaje minoritario (8.3% ) de las ganancias a los empleados, para que sean sus mejores custodios de todos los días. Realmente tuvo una visión única para desarrollar lo que hoy se denomina la estrategia del capital humano".

Termalismo fashion y funeral único

La estación termal de Avene
La estación termal de Avene estaba abandonada, hasta que Fabre la compró en 1975 y la convirtió en una zona natural y protegida de referencia mundial.

El termalismo ya era fashion y popular en el siglo XIX, hasta Napoleón se interesaba por el poder curativo del agua de determinadas zonas. La visión de Pierre Fabre no fue ajena a este fenómeno.

En 1975 tomó una decisión que iba a ser una de las más rentables para su grupo: adquirir y reabrir la estación termal de Avene que estaba abandonada. Se puso una vara alta. No sólo adquirió el predio donde estaba la fuente de agua sino también los alrededores y convirtió con el apoyo del estado francés la zona en un Parque Natural Regional protegido, único en el mundo. De todo el mundo llegan pacientes con psoriasis, dermatitis atópica aguda, ichtiosis o prurito hasta personas post cancer que hayan pasado por una quimioterapia o radioterapia.

Cuando Fabre murió en 2013, todas las calles y las casas de los pueblos del suroeste francés se tiñeron de negro. En cada centro de ciudad, se exhibió durante varios días -como un altar- una foto con la leyenda "Merci, Monsieur Fabre".

Cuando Fabre murió en 2013,
Cuando Fabre murió en 2013, el suroeste francés se tiñó de luto. Esta foto con la leyenda “Merci, Monsieur” recorrió las calles y casas por mucho meses. Aún hoy se lo considera un padre de la zona.

Desde Cauquillous apuntó Mireille Miroglio: "Fabre fue un visionario en toda la inmensidad que tiene la palabra: apostó a una marca de fuerte ADN local  y la convirtió en una compañía global. Hoy es una empresa en expansión donde la gobernanza y el legado de Pierre Fabre están más firmes que nunca. No hay que olvidar de que ante todo somos una compañía farmacéutica fundada hace 50 años".

La historia de vida de Fabre demuestra que estaba atravesado por una gran sensibilidad social para comprender quienes y qué lo rodeaba. La misma que muchos aún hoy le adjudican a Perón.

Sintetizó Martine Butault: "El mayor legado de Fabre fue poseer una poderosa sensibilidad para observar lo que necesitaba la gente para mejorar su vida cotidiana, la misma gente a la que miraba y con la interactuaba todos los días. Ese fue su principal activo".

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