El accesorio más noventoso y de connotaciones antiglam en cuestión de estilo se impone como tendencia. La riñonera, renegada en el guardarropas femenino y asociado al mundo deportivo, se volvió glamoroso en el último tiempo.
20 años atrás vivieron su época dorada. Se lucía sujetado en la cintura a la altura de la cadera. Pero como toda fiebre fashionista, con el tiempo quedaron olvidadas. Grupos underground de culto como punks y raperos la lucieron en grandes escalas.
Y como en la moda todo se reinventa, las firmas de lujo decidieron instalarla poco a poco en sus colecciones. Chanel en su versión barroca, Elie Saab lisas, o Kenzo, lo impusieron a través de sus esbeltas modelos, anticipando el auge que se avecinaría.
Una pieza que el personaje de Sarah Jessica Parker quiso imponer en Sex and the city, con un modelo sofisticado de Gucci. O al llevarlo complemento de su look en la alfombra roja de la premiere del su último film.
Rihanna, Ariana Grande o hasta Nicole Richie lo adoptaron para sus salidas casuales, combinándolas con jeans y camisas o simplemente como accesorio. En clave de lujo como o en versión low cost, las riñoneras están de regreso como un must.
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