La vida de Sophia Amoruso es el perfecto argumento para una serie inspirada en el 'sueño americano'. Contiene todos los condimentos para convertirse en taquillera: esfuerzo, superación, hechos delictivos y la meta más que cumplida. De eso trata la nueva comedia de Netflix que refleja la historia la fundadora del imperio de la moda: Nasty Gal
El estreno será el 21 de abril y contará con 13 capítulos de una hora basada en la autobiografía escrita por su protagonista, fiel defensora del "girl power". Brilla su protagonista, Britt Robertson.
El monstruo fashion fue creado en 2006 con una mínima inversión y básicos conocimientos en negocios y moda. Diez años después, según Forbes, la página web ganó unos 300 millones de dólares, y con un patrimonio cercano a los 280 millones de dólares de ganancia para Amoruso.
Con apenas tiene 32 años ya tiene una cuenta bancaria más abultada que Beyoncé y ocupa el segundo puesto de la Millennials más ricas detrás de Taylor Swift
Su firma sigue la estética urbana sexy y joven apuntando a un público Millennial. Un espacio con prendas fast fashion -que compite directamente con los monstruos del low cost- pero también con algunas piezas de culto con el valor agregado vintage.
También colabora con reconocidas marcas de autor como Jeffrey Campbell o For love and Lemons. Cuenta con una sede en California y pocas boutiques situadas en puntos estratégicos de los Estados Unidos, ya que su punto fuerte es la venta online.
Rebelde, mala estudiante e inconstante, nada hacía pensar que llegaría tan lejos. Sin rumbo ni vocación definida, con 20 años de edad ya había pasado por diversos trabajos poco estables. "Adoraba hacer autostop para viajar de una ciudad a otra y, bueno, alguna vez me metí algo en el bolso y no vi necesario pagarlo", explicó Amoruso en una de las charlas motivacionales que ofrece en universidades.
A su vez, frustrada y con intentos fallidos, fue protagonista de un hecho delictivo: la sorprendieron robando en un centro comercial de Washington y terminó en comisaría. "Mi vida no iba bien, pero tenía tiempo para navegar en Myspace", confesó en una entrevista. Ese fue un hecho bisagra y decidió volver a empezar de cero.
“Aprendí de la manera más dura que tomar atajos y vivir gratis, no es en realidad vivir con libertad”, resaltó la creadora de Nasty Gal a la BBC
Encontró la veta en un camino poco explorado hasta el momento, empezó a vender ropa usada a través de Internet en el sitio de subastas eBay. Contrató a la fotógrafa Paula Trapani y se dedicó a buscar modelos en bares y restaurantes para mostrar la ropa que iba encontrando. Sin darse cuenta, su empresa comenzó a tomar forma.
En 2006 encontró un bolso de Chanel en una de las tiendas del Salvation Army y lo acabó vendiendo por USD 1,000 dólares. El negocio estaba claro.
Sólo faltaba un nombre: Nasty Gal Vintage. Fue una canción de la cantante de jazz Betty Davis grabó en 1975 la inspiración de lo que se convirtió en una de las empresas más importantes en el mundo de la moda.
Junto a su primer empleada- hoy jefa de compras- y algunos conocimientos básicos de photoshop y HTLM, el proyecto comenzó ampliar su oferta más allá de la impronta vintage, distribuyendo prendas de otros diseñadores como creaciones propias .
“Una #Girlboss es una persona que se hace cargo de su propia vida. Ella consigue lo que quiere porque trabaja para ello”, es su principal leitmotiv y tal vez la clave de su éxito.
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