La vida de Venoy Rogers III, uno de los chefs más reconocidos de Miami, pareció estar marcada desde su mismo nacimiento: llegó al mundo hace 37 años en el hospital de la base militar Camp Pendleton, en Oceanside, California, el mismo lugar donde había nacido el gran chef Thomas Keller veintitrés años antes. Venoy, que lleva el mismo nombre que su padre y su abuelo, empezó cocinando para sus amigos y para su familia, principalmente, porque le gustaba comer a su manera. Con el tiempo y el consejo de sus amigos hizo de su gusto una profesión.
Se graduó de The Culinary Institute, del Platt College, después de pasar por la Universidad de Oklahoma, pero su verdadera escuela fue la cocina de su adolescencia. "Aprendí a cocinar desde chico porque quería comer a mi manera y cuando se me daba la gana. Siempre me gustó la cocina, veía programas de televisión gastronómicos y todo lo que estuviera relacionado con la comida. Siento que cocinar es mi destino porque es aquello que hago mejor y por lo que realmente siento pasión", explicó a Infobae. Y reafirmó con una leve sonrisa de complicidad: "Fuera de mi familia, lo mejor de mi vida es ser un chef. Creo que Dios me dio este don y mi deber es compartirlo con todos los que pueda".
En California, Venoy tuvo una infancia feliz. Dejó su tierra natal para estudiar en Oklahoma, pero volvió para trabajar en la que considera su casa. "Cuando era chico, tuve la oportunidad de experimentar con la cocina de Baja California, con mucha influencia de los frutos de mar y de la comida mexicana. Si bien ésta influye mucho en toda la cocina del sur de California, es realmente una especie de crisol de sabores por la mezcla de etnias que le dan un sabor único".
Venoy empezó como profesional en Oklahoma, primero trabajando para una compañía de catering y luego para The Skirvin Hilton, en la capital del Estado. Recuerda esa experiencia como definitiva para su trayectoria: "Fue lo que abrió mi carrera. Hacíamos realmente buena comida y cocinamos para gente genial: celebridades, deportistas, políticos… Fue mi ingreso a la Alta Cocina".
Trabajó también como chef principal de los Thunders de Oklahoma City, el equipo profesional de la NBA, hasta que California lo llamó de nuevo para trabajar en Estancia La Jolla & Spa, un resort de lujo muy cerca de su Oceanside natal. Allí comenzó su experiencia con la tendencia farm-to-table, es decir, con ingredientes orgánicos y siempre con proveedores de producción muy cercana al lugar de la cocina, donde los alimentos se transforman en comida.
"La gran chef Alice Waters comenzó con esta tendencia hace ya décadas, y creo que es la mejor manera de cocinar. Para hacer un gran plato tenés que empezar por grandes ingredientes. En Miami la tendencia es relativamente nueva y está ganando su lugar cada día más. En realidad, farm-to-table es más que una tendencia: es la única forma en que la humanidad cocinó por siglos. Hasta no hace mucho tiempo, tener a tus proveedores cerca e incluso tener tu propia huerta era la única manera de conseguir los ingredientes. Antes de ciertos avances tecnológicos lo orgánico era lo normal. ¡Estamos volviendo a nuestras raíces!", aseguró con entusiasmo.
Luego de La Jolla, Rogers incursionó en prestigiosas cadenas hoteleras y resorts de las más renombradas áreas turísticas de los Estados Unidos, desde Vermont hasta Arizona y desde Washington State hasta Aspen, Colorado.
"Mi especialidad es la buena comida", dice sin falsa modestia. "Trato de hacer lo mejor posible para redondear en un plato la suma de mi experiencia. Hace ya bastante tiempo aprendí de mi mentor, el chef Andrew Black el lema: 'Es simplemente comida, no hay reglas'". Es que si bien su formación es francesa clásica, incorpora en la cocina todo lo que sabe y, muchas veces, incluso lo que no sabe. "Si tuviera que poner una etiqueta a mi estilo lo llamaría New American Fusion".
En la cocina a veces disfruta más que con su familia; las comandas, las expresiones… Es su lugar en el mundo, incluso ahora, lejos de su San Diego y trabajando para un hotel casi boutique (The Palms Hotel & Spa y para su propiedad hermana, el Art Deco Circa 39). "Miami tiene unas influencias culinarias tan vastas que es increíble. Hay mucha más influencia internacional aquí de lo que jamás hubiera imaginado. Sólo en mi cocina tengo gente de Haití, Cuba, Colombia, Brasil, Italia, Bolivia, Filipinas, St. Thomas, Jamaica, Honduras y de ambas costas de los Estados Unidos. Miami es sinónimo de la cocina internacional. Para mí es un verdadero desafío profesional".
El “Maestro” de Miami Beach: el plan de Alan Faena para conquistar Florida https://t.co/GbUNVDheYi pic.twitter.com/VrALiwJx6u
— infobae (@infobae) July 6, 2016
Es la primera vez que es Chef Ejecutivo para un hotel. Su desafío cotidiano se llama Essensia, un restaurante que parece darse a conocer desde su mismo nombre, lleno de perfumes, de sabores mezclados con la humedad del trópico, en medio de una exuberante vegetación que amplía los sentidos y los prepara para saborear las delicias de Venoy. "Hay mucho que aprender acerca de este lugar y, como si fuera poco, hay muchos chefs talentosos y muchos restaurantes sofisticados con quienes competir. Aquí nomás, al lado de Essensia, tenemos al gran chef Jeremy Ford, y a unas cuadras al señor Alan Faena que creó el fantástico Faena District con los grandes chefs Paul Qui y Francis Mallmann… ¡Hay mucho talento en estas playas y en todo Miami!", asegura.
Venoy Rogers III se considera un privilegiado: vive de lo que ama, algo de lo que no muchos pueden ser lo suficientemente afortunados para jactarse.