Ubicada en la encantada ciudad de Burdeos, en Francia, La Cité du Vin es el primer parque temático dedicado al vino, y fue inaugurado en junio de este año. Ahora, todos los fanáticos de esta bebida podrán disfrutar de un recorrido único que sumerge a los visitantes en un mundo de cultura e historia, donde la recreación y el placer de los sentidos cobran protagonismo. Todo esto en un edificio cuya arquitectura desafía los límites, y cuyo diseño está inspirado en el movimiento del líquido al caer en una copa de cristal.
No hay montañas rusas en este lugar, pero la diversión está asegurada tanto para entusiastas y aficionados como para los verdaderos connaisseurs. Sus 20 secciones y exhibiciones cubren la historia de la bebida espirituosa por excelencia alrededor del mundo, desde sus principios hasta la actualidad, y explora el sinfín de cepas que se han hecho famosas en distintos países. También se dictan conferencias y clases en auditorios con capacidad para 250 personas.
La Cité du Vin -reconocida como sitio de Interés Público por un decreto en diciembre del 2014- es dirigida por la Fundación para la Cultura y las Civilizaciones del Vino (Fondation pour la Culture et les Civilisations du Vin), y su objetivo fundamental es crear un ambiente interactivo de aprendizaje, para transmitir conocimiento y experimentar sensaciones a un ritmo propio. No hay una colección permanente, sino un tour que recorre los espacios temáticos, que culmina con una cata de sabores de todos los rincones del mundo.
Pero quizás lo que primero llame la atención del visitante sea el edificio en el que se ubica este ecléctico "museo" del vino. El impacto es inmediato. Su diseño, inspirado en la manera en la que el vino se revuelve en una copa, es un viaje en sí mismo, y crea un sitio especial con un símbolo de identidad. Las curvas y las vueltas de la estructura cobran magnitud, y evocan al movimiento.
El edificio creado por los arquitectos Anouk Legendre y Nicolás Desmazières de la firma XTU cubre una superficie de 13.350 metros cuadrados, distribuidos en diez niveles. Su altura es de 55 metros, y en su cima se erige un observatorio que ofrece una imperdible vista panorámica de 360° del río Garonne y de los Burdeos a sus pies. Hay una fluidez continua entre exterior e interior; edificio, vino y ciudad.
¿Sabés qué vino va con cada comida? Claves para leer una carta y elegir el correcto 🍷https://t.co/6M62RNqjbZ pic.twitter.com/fcJiAZPe91
— Tendencias (@InfobaeTrends) 10 de diciembre de 2015
De esta manera, La Cité du Vin propone un magistral camino de descubrimiento del universo de la viticultura y su proceso final. Con las sensaciones en estado de alerta, los símbolos a flor de piel, se reconoce al vino por lo que es: un ícono que es parte de la vida diaria de muchas personas, y una bebida que inspira y enriquece el día a día.