Hacer interactiva a la piel. Esa es la idea detrás de este tatuaje, que podrá evitarle, a millones de personas, tener que someterse a ciertos análisis clínicos. La solución utiliza tintas especiales con biosensores capaces de mostrar datos que, hasta ahora, sólo podían medirse en sangre. ¿Cómo? Simplemente cambia de color de acuerdo a si se sufren altas o bajas en el nivel de azúcar o sodio en la sangre e irregularidades en el PH.
Esto es posible gracias a que este tatuaje puede "leer" las variaciones en el líquido intersticial -el contenido en el espacio entre las células-. La gran ventaja que tiene esto es poder monitorear la salud sin pinchazos diarios (sólo los necesarios para hacer el tatuaje) y sin cargar con wearables (dispositivos electrónicos que se llevan sobre el cuerpo).
Una de sus creadoras, la ciudadanía peruana Katia Vega, le contó a Infobae los detalles del nuevo invento y el potencial que puede alcanzar: "Creemos mucho en este proyecto al que llamamos `Dermal Abbys´. Es un tatuaje que cambia de color dependiendo de los fluidos que están en tu piel. En lugar de usar tintas convencionales, creamos otras con biosensores. Estos, lo que hacen es reaccionar, cambiar de color, en función de los niveles de glucosa, de sodio o de PH que puedas tener. Lo interesante es que, de inmediato, puedes ver esa información en el dibujo de tu piel".
El proyecto nació en el Media Lab del MIT, en colaboración en la Escuela de Medicina de Harvard. "Somos un grupo de investigadores que creemos en esto y que trabajamos duro para tratar de ver cómo hacerlo posible. Nuestra forma de organizarnos es bastante libre, creemos que esa es la manera de buscar nuevas vías para aumentar las capacidades humanas".
Por el momento, Dermal Abbys es una prueba de concepto que desafía a un nuevo enfoque: convertir a nuestra piel en una pantalla interactiva. Como explican en su reporte, la solución logró medir "las variación en el fluido corporal mediante el cambio de colores: el sensor de pH se torna entre púrpura y rosa, el de glucosa pasa de azul a marrón; el sodio y un segundo sensor de pH fluorescen a mayor intensidad bajo luz UV".
"El Dermal Abyss crea un acceso directo a los compartimentos del cuerpo y refleja procesos metabólicos internos en forma de tatuaje. Podría ser utilizado para aplicaciones en monitoreo continuo como diagnóstico médico, auto cuantificado y codificación de datos en el cuerpo", explicó y agregó que sería muy útil, por ejemplo, para los diabéticos que necesitan controlar sus niveles de glucosa perforando la piel, 3 a 10 veces al día.
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Un camino por recorrer
En esta etapa del proceso, el producto presenta algunas limitaciones que los futuros investigadores deberán abordar antes de la implantación. En este sentido, la evaluación del MIT señala tres puntos en los que seguir trabajando:
- La gama de colores e intensidades de los biosensores actuales debe ampliarse para permitir información de mayor resolución. La optimización del rango de detección y la selectividad de los biosensores existentes acelerarán su traslación a la clínica o al mercado.
- El perfil de seguridad de estos biosensores también debe caracterizarse, comenzando primero por ensayos de citotoxicidad y biocompatibilidad in vitro antes de progresar a estudios in vivo en animales para determinar la biocompatibilidad sistémica, en términos de toxicidad e interferencia con la función normal del tejido.
- Se necesitarán investigaciones in vivo a largo plazo para establecer la retención de los biosensores en la piel y para cuantificar la difusión de los biosensores en el tejido. Una dirección de investigación potencial sería conjugar los biosensores con microesferas poliméricas a través de grupos de acrilato para evitar la difusión en los tejidos.
Más allá de lo que resta perfeccionar, el desarrollo pretende ser el disparador de soluciones similares de alto impacto global para la Salud Pública. Como advierte Katia: "Este proyecto está pensado principalmente para abrir la mente de muchas personas que están trabajando en biotecnología. La idea es acercarles una posibilidad más de lo que es otra forma de leer la información que está dentro del cuerpo".
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La diversidad hace la fuerza
Si hay algo que caracteriza a la organización del trabajo en el Media Lab de MIT es la constitución de equipos interdisciplinarios que, a su vez, trabajan en contactos con otros grupos que están en proyectos muy diversos, pero a quienes los une un concepto general como la estética, el movimiento, las estructuras, etc.
Para ellos, esta es la mejor forma de potenciar la creatividad, la colaboración, la apertura mental y la aparición de soluciones verdaderamente innovadoras. Lo propio se expresa en la experiencia de Katia Vega: "Todos venimos de distintas carreras. Por ejemplo, mi formación es en ciencias de la Computación. El resto del equipo está integrado por Xin Lui, una artista; Viirj Kan, diseñadora; y Nick Barry que es neurobiólogo. Juntos, trabajamos con Ali Yetisen y Nan Jiang, de la Escuela de Medicina de Harvard, que también vienen de la Biotecnología y hasta de la Mecánica, inclusive. Somos una gran mezcla de muchas áreas, porque creemos que con mentes que piensan diferentes podemos crear cosas diferentes".
El proyecto demuestra también cómo la medicina y química pueden unirse con la computación, la mecánica, la tecnología… y el arte. Dermal Abbys combina los avances en la biotecnología con los métodos tradicionales en el arte del tatuaje. En cuanto al diseño, manejan una variedad de dibujos artísticos ya que, como explica Katia: "Buscamos utilizar el tatuaje en sus formas tradicionales. En nuestro laboratorio tenemos una máquina para hacerlos, usando nuestros pigmentos especiales".
Cuándo podremos lucirlos y usarlos
Los investigadores no se animan a arriesgar fechas de su aparición en el mercado, en parte porque ahora deben ser otros quienes tomen la posta y se encargan de comercializarlo. "Aún no tomamos contacto con ninguna farmacéutica", cuenta Katia, "ya que estamos focalizados en la aprobación para uso humano".
Por ahora, solo se han hecho pruebas en con inyecciones en piel de cerdo. "Queremos dejar claro que estamos en el primer nivel de todo el proceso de desarrollo de este prototipo. Lo que hemos conseguido hasta ahora es demostrar que existe la posibilidad de crear estos tatuajes y que funcionan bien. Pero, para que pueda ser usado en seres humanos, tiene que pasar por otras pruebas más".
Sus creadores son conscientes de la ansiedad que despierta esta solución en aquellos pacientes que podrían beneficiarse con ella: "Desde que lanzamos el proyecto hemos tenido muchos emails de personas que están interesadas y que sabemos que tienen mucha necesidad de este tipo de productos. Eso es un llamado a todas las personas que hacemos biotecnología para ser conscientes que todo lo que puede hacerse para mejorar la vida de millones de personas en el mundo".
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